Una de las afecciones más típicas que una persona puede tener es el síndrome de los pies planos, y se caracteriza principalmente porque la persona que lo padece no tiene puente en el pie. Es decir, si un pie normal suele tener en la planta una ligera inclinación, cuando alguien tiene los pies planos esa inclinación no se da. Se suele decir, entonces, que el pie ha perdido por completo el puente y se ha aplanado.
Hasta los cuatro años, los niños tienen los pies planos y esto es totalmente normal. No hay nada que corregir en ese momento, al menos todavía. No tienen puente, al menos de forma visual, porque este puente comienza a hacerse evidente poco después. Los niños, hasta que cumplen los tres o cuatro años, apoyan toda la planta del pie en el suelo, mientras que conforme comienzan a crecer empiezan a apoyar tan solo la punta (es decir, los dedos), el talón y el lateral externo. Pero ni la parte de dentro del pie ni el puente, o el arco, debe tocar el suelo.
Pero, ¿por qué los niños apoyan toda la planta del pie durante los primeros años? Es muy sencillo: porque, aunque ese pie vaya a tener posteriormente un puente, y ese niño no vaya a tener los pies planos, esa zona aún se encuentra llena de grasa y sus ligamentos son demasiado flexibles. Poco a poco, conforme los niños vayan caminando, se vayan ejercitando, esa grasa irá desapareciendo poco a poco y el puente irá formándose. Así, comenzarán a tener los pies curvados, como la mayor parte de la población. Si a partir de los cuatro años (o incluso los seis, porque depende mucho del desarrollo del niño) los pies continúan estando planos, lo cierto es que sí que deberíamos comenzar a preocuparnos y deberíamos ver ese problema como algo que hay que corregir. Mas, ¿se pueden corregir los pies planos? ¿Tiene cura?
Tener los pies planos se puede corregir
Antes de nada, lo primero que hay que hacer es ver si el niño realmente tiene los pies planos. Puede que, como hemos señalado, hasta los seis años los pies parezcan planos visualmente pero, en realidad, no lo sean. Para averiguarlo, es tan sencillo como poner al niño de puntillas. Si en esa posición aparece el arco, ya podremos respirar tranquilos: no hay ningún tipo de problema. Pero si el arco continúa sin aparecer, significa que, efectivamente, nuestro hijo tiene los pies planos. No forcéis la posición de puntillas en niños pequeños, puesto que esto podría hacerles daño; estamos hablando de niños más mayores, en torno a los tres o cuatro años.
Andar de puntillas ayuda a fortalecer los músculos y corrgir los pies planos
Realizar ejercicio físico, en general, hará que el pie del niño vaya desarrollándose poco a poco de forma natural. Algunos de los deportes que se recomiendan son el voleibol, el baile o el baloncesto. También se pueden realizar distintas actividades en casa que acaben ayudando a que los pies planos se corrijan por sí mismos; por ejemplo, se puede hacer que el niño comience a andar apoyando todo el peso en los laterales externos de los pies durante unos cuantos minutos en casa todos los días. De esta forma, se estarán fortaleciendo los músculos de los tobillos, los pies y las piernas. Además de esto, se le puede pedir que se siente y comience a extender las rodillas; una vez que las hayan extendidos, deberán recogerse y pegárselas al pecho para, de nuevo, volver a extenderlas.
Si vuestro hijo se aburre, o veis que esto no consigue generar la suficiente atención en él, podéis jugar a saltar. No tiene por qué ser en vuestra casa; podéis llevarle algún día a un parque de juegos, por ejemplo, y saltar con él.
El triciclo también puede ayudarle a fortalecer los pies, así como la bicicleta si es que son más mayores. Esta clase de objetos obligará al niño a apoyar la punta de los pies y, poco a poco, irá fortaleciendo el puente del pie al completo. Todos estos tratamientos son muy caseros, con lo cual no tendréis que acudir a ningún centro especializado a realizarlos si no queréis. Eso sí: requieren mucha constancia. Tendréis que hacerlos todos los días, y estar pendientes de que vuestros hijos los realizan con ganas. Los pies planos no son algo que se corrijan de la noche a la mañana, sino que requiere tiempo y esfuerzo; pero si ponéis todo de vuestra parte, acabará funcionando.
La importancia del puente del pie
Corregir los pies planos en los niños es especialmente importante porque pueden acarrearle a vuestro hijo muchos dolores. No tiene por qué, y puede que ni siquiera se dé cuenta de que tiene los pies planos. Pero, por regla general, vuestro hijo sufrirá molestias al realizar actividad física, y eso es algo que podría lastrar bastante su infancia. Los niños quieren correr, jugar, saltar... Y si sus pies no se lo permiten, probablemente se enfade o se frustre. No os preocupéis en exceso, no obstante, porque es algo que se cura, y que no tendrá mayor repercusión en su vida.
No se suelen recomendar plantillas, a menos que el pie plano sea de un grado bastante alto. En ese caso, sí es cierto que tendrá que usar plantillas específicas en todos los zapatos que lleve. Mas las plantillas no se ven a simple vista, él se acostumbrará rápidamente a ellas, y todo habrá pasado en unos años. Recordadle siempre que es por su bien, y que no debe olvidar realizar los ejercicios o llevar las plantillas; dependiendo de su edad, lo mejor sería que estuvierais encima para recordárselo constantemente. Aunque os llame pesados, no importa: es por su bien.