Si eres padre es seguro que harás todo lo que esté en tu mano, para que tu hijo sea lo más feliz posible. Sin embargo la realidad está ahí y al igual que hay cosas buenas también las hay malas. La negatividad puede llegar a infundir diversos miedos y temores en el niño que pueden tener una influencia directa en su vida. Es labor de los padres el educar a los hijos de tal manera que puedan enfrentarse a tales problemas para conseguir la tal ansiada felicidad y bienestar en la vida.
Evitar una visión negativa de la vida
Hay que empezar diciendo que la idea que tiene una persona sobre el mundo va a influir directamente en las relaciones con los demás y en su bienestar emocional. Es por ello que no es aconsejable que los padres inculquen a sus hijos la idea que la vida no es bonita y que está llena de diversos peligros o amenazas.
Diversos estudios señalan que las personas que conciben el mundo como algo lleno de peligros y amenazas, son seres insatisfechos y con tendencia a sufrir problemas emocionales como la depresión. Son personas con una gran inseguridad y desconfianza hacia las acciones de los demás.
Educar a los más pequeños en el miedo y el temor hacia la vida va a incidir de una manera negativa en su salud emocional. La relación con otros niños no va a ser la idónea lo que repercute negativamente en su desarrollo.
El mundo real
La vida idílica y maravillosa es una utopía. En el mundo real se producen guerras, desastres naturales o pandemias. Son temas que hay que hablar con los hijos para que no tengan una visión distorsionada de la realidad. Es bueno hablar de estos temas cuando el niño tenga cierto grado de madurez y esté preparado mental y emocionalmente.
Sin embargo es muy importante no caer en el error de educar desde el miedo y el temor. Los padres deben tener mucho cuidado a la hora de hablar de ello con los hijos, ya que de lo contrario pueden sufrir problemas tan serios como las pesadillas, los miedos y generar sentimientos como la tristeza o la ira. Hay que ser realistas en todo momento y señalar que aparte de las cosas malas, en la vida también hay cosas buenas que generan mucha felicidad.
Hay que luchar por un mundo mejor
Los niños deben saber en todo momento que a pesar de las cosas malas y negativas que hay en el mundo, el mismo no es un lugar aterrador. Gracias a la labor de las personas la vida puede ser maravillosa, llena y cargada de numerosas cosas buenas. Los padres deben educar a sus hijos teniendo en cuenta numerosos valores como la resiliencia, el amor o el respeto. Una crianza basada en el respeto y en la comunicación ayudará a que los niños conciban el mundo como un lugar maravilloso en el que poder disfrutar de la vida junto a los seres queridos.
Este tipo de educación permite a los niños ser mejores personas a largo plazo y crear un vínculo fuerte con los propios padres. Ante los peligros propios del mundo es esencial el ayudar a los demás para conseguir un mundo mejor en todos los sentidos. No se debe ni se puede permitir que lo negativo prevalezca sobre lo bueno. La educación y la crianza que reciben los niños es clave a la hora de disfrutar de la vida y concebir la misma como algo positivo y bueno.
En definitiva, no es bueno que los padres eduquen a sus hijos desde el miedo y desde la negativida d. El tipo de crianza recibida en la familia tiene una influencia directa en el desarrollo de las personas y en la manera de concebir el mundo.