Al igual que ocurre con el éxito, el fracaso es algo que va a estar presente en la vida de las personas. En el caso de los niños, es importante que los padres le den la importancia que merece al fracaso, ya que de lo contrario puede llegar a ser contraproducente y malo para los pequeños.
Hay que reflexionar sobre los fracasos y pensar sobre los mismos, para que en un futuro lo niños no lleguen a cometer los mismos errores y se esfuercen mucho más para mejorar. En el siguiente artículo vamos a hablarte de por qué es importante y necesario que los niños fracasen y cometan errores en su día a día.
Ayudar a los hijos a plantar cara al fracaso
A ningún padre le gusta ver como su hijo fracasa y lo pasa mal ante dicha situación. Ante ello muchos padres cometen el gran error de restar importancia al fracaso y pasar por pies puntillas ante el mismo. Se produce una sobreprotección con el fin de evitar el sufrimiento del pequeño.
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Lo que realmente importa ante dicha situación es prestar el apoyo suficiente y necesario para que el pequeño se sienta mejor ante el fracaso. Los padres deben enseñar a sus hijos a identificar las diferentes emociones, con el fin de que puedan canalizar de la mejor manera posible su enfado o rabia por el hecho de fracasar.
Esto ayuda a que el niño sea capaz de reflexionar sobre sus sentimientos y haga todo lo que está en su mano, para no cometer los mismos errores en el futuro. El apoyo de los padres es clave y esencial para que los niños se sientan queridos sin importar las veces que fracasen y los resultados no sean los esperados.
La importancia de alabar los esfuerzos de los hijos
Uno de los grandes errores que cometen muchos padres es el de alabar constantemente a sus hijos por los logros realizados. Esto provoca que el pequeño busque de manera constante la aprobación de sus padres en la gran mayoría de sus actos, algo que no es nada bueno.
El gran problema de esto es que cuando no lo alaben se va a sentir totalmente perdido y con gran frustración. No se debe alabar al niño de una manera constante y por todo lo que haga. No es para nada aconsejable la perfección de los niños, ya que es mucho mejor que se equivoquen y sepan aprender de los errores cometidos.
Esto no significa que tampoco se le alabe cuando el niño haga algo que está bien. Las alabanzas deben realizarse de una manera moderada, ya que ayudan a mejorar la autoestima y la confianza de los niños. Lo que realmente importa es separar el hecho de conseguir algo con la del esfuerzo realizado. Lo importante es que el niño se esfuerce todo lo posible para hacer las cosas de la mejor manera posible.
Por desgracia, hoy en día lo que se persigue es que los resultados sean rápidos a la vez que exitosos. Sin embargo esto es un gran error, ya que el equivocarse hará que los niños le den un mayor valor al esfuerzo y crezcan de una manera más equilibrada y el aprendizaje sea lo más positivo posible.
En definitiva, dejar y permitir que los niños fracasen y se equivoquen es algo que beneficia el desarrollo de los pequeños de la casa. Los errores permiten que se esfuercen mucho más en un futuro y se vuelvan mucho más resilientes. Es por ello que los padres deben mostrar todo el apoyo posible para que los niños puedan aprender de una manera constructiva y tengan la confianza suficiente para conseguir lo que se propongan.