Durante la infancia de los niños existen momentos que se convierten en grandes recuerdos y en muy especiales para ellos. Cada evento de su vida se presenta como nuevo y tienden a vivirlo con una ilusión que los adultos quizás ya no tienen tan latente. Además, algunos de estos nuevos eventos pueden serles sorprendentes e inesperados.
Uno de ellos puede ser el hecho de que a partir de los cinco o seis años se les empiecen a caer los dientes de leche. Poco a poco, todos y cada uno de estos dientes irá cayendo para dar paso a los dientes definitivos que se irán haciendo espacio en su boca. Los primeros dientes en caer serán los frontales y, progresivamente, caerán los colmillos también y finalmente las muelas.
Puede que algunos niños puedan sentir dolor o no comprendan el proceso de caérsele los dientes. Incluso a veces cuando sangran o notan que el diente queda colgado y no termina de caer puede generarles un poco de miedo o duda. Por eso, existen historias para poder acostumbrar a los niños a este proceso natural que incluyen la magia para hacerles creer que el hecho de que se le caigan los dientes tiene un propósito, más allá de que les tengan que salir los dientes de adultos.
En España se creó la historia del Ratoncito Pérez, un pequeño ratón que por las noches va recogiendo los dientes de los niños de debajo de la almohada y les deja un regalo en su lugar. De este modo, el niño tiene la ilusión de poner el diente de leche que se le ha caído debajo de la almohada y se va a dormir sabiendo que a la mañana siguiente el ratoncito le habrá dejado un regalo en su lugar, pero no puede despertarse en mitad de la noche para verlo, ya que sino se rompe el hechizo. Los regalos que le suele dejar son monedas, cartas, caramelos o juguetes pequeños.
Sin embargo, no en todos los países tienen la historia del Ratoncito Pérez, sino que en los anglosajones cuentan con una historia similar, pero es una Hada de los Dientes, en lugar de un ratón.
Descubre la historia del Hada de los Dientes y si en tu país es popular, puedes aprovechar para contársela a tus hijos y que disfruten de la magia cada vez que se les caiga un diente de leche.
El Hada de los Dientes
Existen diferentes historias sobre el Hada de los Dientes, dependiendo también del país en la que la escuchemos. Ahora bien, en todos ellos esta Hada de los Dientes tiene como función el recoger los dientes de los niños una vez se les han caído de debajo de su almohada mientras duermen y dejarles un pequeño regalo en su lugar.
Algunas de estas historias dicen que esta es un hada muy joven, que en su origen no sabía cual era su función en el mundo. Todas las hadas tienen un propósito y deben utilizar su magia para ello, pero el Hada de los Dientes no sabía cuál era realmente su cometido. Lo único que sabía es que le gustaba estar con los niños y que le gustaría hacerles felices.
Finalmente, el hada mayor ayudó al Hada de los Dientes a descubrir su verdadero cometido, estando cerca de los niños como a ella tanto le gustaría. Por eso, cada vez que a un niño se le cayese un diente éste tendría que ponerlo debajo de su almohada y el hada volaría y se convertiría en transparente para coger ese diente y dejar un pequeño regalo en su lugar.
Con este pequeño diente el Hada de los Dientes lo mandaría al cielo, donde se convertiría en una estrella. Cada una de las estrellas son entonces un recuerdo perpetuo de la infancia de cada niño que durará en el cielo para siempre y, a medida que van haciéndose mayores y les crecen los dientes de adulto, el recuerdo de su infancia queda patente en el cielo con esos pequeños dientes de leche convertidos en estrellas gracias al Hada de los Dientes.
Por supuesto, esta historia es una manera mágica y excelente para que los niños pierdan el miedo a que se le caigan los dientes de leche y además reciban un pequeño regalo a cambio. Es normal que a medida que vayan haciéndose mayores descubran que la historia no es real, pero lo más probable es que recuerden con una sonrisa la idea de que un Hada de los Dientes fue una persona que en realidad les quiere mucho y les regaló esos momentos tan bonitos de su infancia.