Puede considerarse hasta normal que los niños pequeños peguen a sus padres cuando se encuentran enfadados. No es un situación nada cómoda para los padres, ver como su hijo pequeño les pega cada vez que tiene una rabieta o se enfada. Es importante reconducir dicha conducta o comportamiento para evitar que el pegar se acabe convirtiendo en un hábito. En el siguiente artículo te damos una serie de pautas o consejos para prevenir dicha situación y que no se llegue a producir en ningún momento.
Por qué suelen pegar algunos niños cuando se enfadan
En un principio puede considerarse como un comportamiento normal o lógico, ya que el niño no es capaz de expresarse con el lenguaje. En otros casos la situación creada se les va de las manos y optan por pegar con el fin de intentar normalizar dicho problema.
El hecho de pegar también puede ser el resultado de la impulsividad que pueda tener el pequeño o de un mal hábito adquirido durante meses. El dar con la causa o el motivo por el que el niño pega tras el enfado, es importante a la hora de encontrar la mejor solución posible.
Cómo deben actuar los padres ante tal comportamiento
Que tu hijo te pegue en público no es fácil para ningún padre. Para evitarlo es bueno el seguir una serie de pautas o consejos que te detallamos a continuación:
- En primer lugar es esencial no perder los papeles y mantener la calma. Esto es algo que puede parecer muy complicado y difícil, pero que hay que hacer. No es bueno el dejar llevarse por las emociones y respirar hondo antes de actuar.
- Los padres deben ayudar a su hijo a gestionar sus emociones. En el caso del enfado o de una rabieta, los padres deben acariciar al pequeño con el fin de tranquilizarlo lo máximo posible. No hay que reñir al niño, hay que decirle de una manera calmada que lo que ha hecho no está bien. Es bueno que los padres pongan una serie de límites para que la próxima vez la conducta del pequeño sea la mejor posible.
- No se puede permitir que el niño te levante la mano cada vez que se enfada. Es por ello que es bueno el establecer una serie de límites de una manera respetuosa.
- Después de establecer unos límites, es esencial poder empatizar con el pequeño. Ponerse en su piel te ayudará a resolver el problema de una manera óptima.
- Es bueno el enseñar al pequeño otras conductas que sean mucho más respetuosas que la de pegar. De esta manea si se enfada puede contar hasta cinco o salir del lugar para calmarse. Aparte de esto existen algunas técnicas para llevar una buena gestión de las distintas emociones como es el caso del famoso frasco de la calma o la técnica de la tortuga.
- Aparte de todos estos consejos, los padres deben intentar prevenir que su hijo pegue cuando se enfada o coge una rabieta. Si el niño no consigue lo que quiere y es capaz de autorregularse para no pegar, l os padres deben reforzar dicha conducta.
En definitiva, son muchos los niños los que tienen el mal hábito o la mala costumbre de pegar cuando se enfadan. Se trata de un tipo de conducta que resulta bastante incómoda para los propios padres y para la gente que observa dicha situación. No se puede tolerar que un niño pequeño levante la mano a sus padres por el simple hecho de enfadarse. Ante ello es importante reconducir la conducta que tenga el pequeño y ayudarlo para que sea capaz de gestionar de una manera óptima su salud emocional.