Uno de los grandes campos de batalla de los padres suele ser el momento del desayuno de sus hijos. Son muchos los niños a los que les cuesta desayunar por la mañana. A pesar de tratarse de la comida más importante del día, hay niños que no consiguen desayunar como deberían. Los motivos de esto pueden ser muy variados, desde tener el estómago cerrado a un exceso de somnolencia. En el siguiente artículo te vamos una serie de consejos para conseguir que tu hijo desayune de una manera adecuada antes de acudir a la escuela.
Nada de obligar al niño a desayunar
A pesar de tratarse de una comida importante los padres no deben obligar a sus hijos a desayunar. Con ello solo van a conseguir el efecto contrario al deseado. Es verdad que el desayuno aporta una serie de nutrientes esenciales que van ayudar al niño a tener cierta energía con la que rendir. Sin embargo, las demás comidas del día también aportan una cantidad de energía al organismo del pequeño. Es por ello que los padres no deben obsesionarse con el desayuno de sus hijos.
Desayuno ligero
Es normal que muchos niños no tengan ganas de desayunar recién levantados. El hambre comienza a aparecer a las pocas horas de despertarse. Es por ello que es aconsejable que el desayuno sea ligero y poco abundante como puede ser el caso de una pieza de fruta o un yogur. A media mañana el almuerzo debe ser algo más completo para saciar el hambre como puede ser una tostada o un bol de cereales.
Un desayuno en familia
Aunque el estilo de vida de muchas familia hace que sea realmente complicado, es aconsejable que el desayuno sea un momento para hacerlo en familia. Los padres deben dar ejemplo a sus hijos y disfrutar de la primera comida del día todos juntos. Se trata de un momento importante que los hijos deben incorporar a su rutina diaria y no dejar de lado.
La importancia del almuerzo
El almuerzo tiene un papel fundamental en la dieta del niño sobre todo cuando no desayuna como debería. Los expertos aconsejan que el almuerzo debe estar compuesto de alimentos como la fruta, los cereales o los lácteos. Todo va a depender de lo que haya desayunado el pequeño. SI el hambre es importante, es recomendable preparar una buena tostada de aceite y jamón. Si por el contrario el pequeño ha desayuno bien, el almuerzo puede consistir en un puñado de frutos secos o en una pieza de fruta.
Desayuno saludable
Aunque en ocasiones resulte realmente complicado, el desayuno debe ser lo más sano y nutritivo posible. Hay que evitar en todo momento alimentos tan dañinos para la salud como la bollería industrial o los azúcares y optar por algo más saludable como los cereales integrales o la fruta.
Acudir al pediatra
Puede ocurrir que a pesar de estos consejos, el niño se niegue a desayunar por las mañanas. En estos casos es recomendable acudir al pediatra para ver si el pequeño sufre algún problema desde el punto de vista alimentario o estomacal.
En definitiva, es algo normal que los niños no quieran desayunar nada recién levantados. Esto es algo que también suele ocurrir a muchos adultos. En muchos de los casos, tienen el estómago cerrado y les cuesta ingerir ciertos alimentos. Recuerda que no hay que obsesionarse con el tema y ayudar en la medida de lo posible a que el pequeño pueda comer algo antes de ir a la escuela. La clave es que el niño no vaya con el estómago totalmente vacío a la escuela. Si tiene ciertos problemas a la hora del desayuno, no lo obligues e incide más en la comida del almuerzo.