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Fimosis primaria y fimosis secundaria
Fimosis primaria y fimosis secundaria

SALUD

Fimosis primaria y fimosis secundaria

La fimosis puede ser un problema con el que nace el niño o desarrollarse cuando es adulto, te contamos cada uno de los casos posibles.

La fimosis es un problema anatómico del prepucio que se produce cuando la piel que recubre el pene (prepucio) se encuentra adherido al glande y es incapaz de retraerse total o parcialmente de manera manual sobre éste, impidiendo descubrirlo totalmente. Así pues, en una fimosis existe una discordancia entre el tamaño del glande y la apertura del prepucio. resultando imposible retraer la piel del pene. Así pues, un prepucio sano debería poder retraerse completamente, quedando el glande totalmente al descubierto durante la erección, sin molestias ni dolor. Existen dos tipos de fimosis: la congénita (primaria) y la adquirida (secundaria). Si te interesa conocer más sobre esta anomalía, ¡Sigue leyendo!

Fimosis primaria (congénita)

La fimosis primaria o congénita se adquiere al nacer. Los bebés con este tipo de problema representan el 8% de la población, su curación tiene una probabilidad del 50% los 2 primeros años y cerca del 90% a los 5 años. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en niños pequeños es normal que el prepucio no permita replegar la piel del pene (adherencia del prepucio). Así pues, no es conveniente retirar a la fuerza el prepucio a tempranas edades, a no ser que en los primeros años existan infecciones o dificultades en la micción hinchazón del prepucio).

La fimosis primaria es común en los bebés y niños pequeños y desaparece con el tiempoLa fimosis primaria es común en los bebés y niños pequeños y desaparece con el tiempo

A partir de los 3 y 5 años debería ser posible el repliegue de la piel por detrás del glande y, si no es así, estamos ante una fimosis patológica. El 18% de los niños de 7 años tiene fimosis primaria y, tan sólo un 1% de los jóvenes de entre los 16 y los 18 años padece esta anomalía. Si a partir de los 5 o 6 años el niño continúa teniendo fimosis, se tratará de un caso patológico.

Fimosis secundaria (adquirida)

Por su parte, la fimosis secundaria aparece con el paso de los años y se presenta en una persona que anteriormente no padecía este problema, siendo más frecuente en las personas diabéticas. Para empezar, el prepucio de los afectados (niños o adultos) tiene una longitud normal pero, a través de infecciones repetidas o por el sometimiento a desgarros o heridas, puede darse una fimosis secundaria a la cicatrización del prepucio: el tejido cicatrizado dificulta la retracción. En este caso, es recomendable resolver este estrechamiento.

Las posibles causas de una fimosis secundaria son las infecciones repetidas o los desgarros y heridas cicatrizadas. Una fimosis se puede dar por tirar de la piel de forma violenta y prematura en bebés y niños, o cuando se inflaman el prepucio o el glande, desencadenando la cicatrización. Este tejido cicatrizado se contrae y se endurece ligeramente, propiciando la aparición de la fimosis.

Para evitar que se desarrolle la fimosis secundaria o adquirida, no debes forzar la tracción del prepucio cuando tu hijo es un bebé, pues se pueden producir las heridas cicatrizadas que hemos mencionado anteriormente. Los niños deben tener una correcta higiene del área genital (glande) para evitar la acumulación de orina. En caso de inflamaciones en la zona del glande o prepucio, debes acudir a un médico para que te ponga el tratamiento más conveniente y así no aparezca la fimosis.

La fimosis puede tratarse con una pomada o por cirugíaLa fimosis puede tratarse con una pomada o por cirugía

Tratamiento de la fimosis

La fimosis se trata a base de alargar o extirpar el prepucio, posibilitando así una buena higiene corporal, evacuación de orina y una correcta actividad sexual. Un tratamiento con una pomada específica para este tipo de anomalías es sólo recomendable si se trata de una fimosis leve. Si es el caso, debes aplicarte la crema en la punta del pene dos veces al día entre cuatro y ocho semanas de duración. Cuando hayan pasado dos semanas, debes retraer el prepucio y repetirlo sucesivamente para ir estirándolo, evitando de esta forma el desgarre de la piel. Este tratamiento tiene mucho éxito, pues entre el 50% y el 75% de las personas les resulta eficaz.

Si la fimosis es más grave, se requiere una intervención quirúrgica. La más utilizada es una técnica llamada circuncisión, lo que hace dejar intacto una parte del prepucio o bien lo circuncida del todo para liberar el glande. Una circuncisión puede hacerse a través del acordonamiento con una campana de plástico (método Plastibell). El resto del prepucio cae al cabo de unos días. En caso de fimosis aguda y frenillos especialmente estrechos, este método no puede ser aplicable, recurriendo entonces al prolongamiento, donde el médico prolonga la abertura del prepucio con una incisión especial y técnica de sutura, permaneciendo el prepucio intacto.

Con la circuncisión, la intervención es pequeña y, en general, se puede realizar de manera ambulatoria, durando muy pocos minutos. En los niños, los casos de fimosis es mejor operarlos a partir de los 3 años, ya que en algunos casos puede existir la posibilidad de que el prepucio se estire de forma espontánea. Sólo deberá hacerse antes de los 3 años si el estrechamiento es extremo y da lugar a dificultades en la micción, inflamaciones repetidas o cicatrización en el prepucio. La operación debe ir acompañada de un posterior tratamiento de la herida.

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