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La escarlatina en niños, una infección a la que no debemos temer
La escarlatina en niños, una infección a la que no debemos temer

ENFERMEDADES INFANTILES

La escarlatina en niños, una infección a la que no debemos temer

La escarlatina es una infección muy conocida y con unos síntomas muy visibles, pero hoy en día ya no es grave.

La escarlatina es una enfermedad producida por una infección bacteriana causada por un estreptococo del grupo A. La bacteria produce una toxina que da lugar a la infección, pero no todos los estreptococos generan esta toxina ni todos los niños son sensibles a ella. Clásicamente, la escarlatina ha aparecido en películas y libros famosos tales como 'Lo que el viento se llevó' o 'Mujercitas'. Esto ayuda a que la población actual tenga la idea de que la escarlatina es una enfermedad muy grave y que ya no existe. Ambas afirmaciones, son falsas.

¿Cuáles son sus síntomas?

El principal síntoma por el que se conoce la escarlatina es por la erupción que aparece en la piel. En primer lugar, brota en la cara y en el cuello. Es característico que alrededor de la boca, en el triángulo que forman la nariz y las comisuras de la boca, la piel permanezca intacta y más clara. A continuación, se extiende por el pecho y la espalda y finalmente, por el resto del cuerpo. La apariencia de esta erupción se asemeja a una quemadura solar. La tonalidad es similar, acompañada de ligeros puntitos que hacen que la piel se vuelva muy áspera, una especie de "piel de lija" que puede producir picazón. Al presionar estas zonas de la piel, se tornarán blancas. En los pliegues de la piel, como en las axilas, codos o rodillas, el sarpullido suele tomar forma de manchas rojas, presentadas en varias líneas. En torno al sexto día, la erupción tiende a desaparecer, aunque la piel puede descamarse, "pelar" como después de una quemadura solar, durante varias semanas.

Niño con un sarpullidoLa escarlatina provoca una erupción en la piel

Sin embargo, el primer síntoma que aparece, es una fiebre elevada, superior a 38 grados. Es también un síntoma característico, tanto, que antiguamente la enfermedad también era conocida como "fiebre escarlatina". Ésta se acompaña de un fuerte dolor de garganta . La garganta y las amígdalas se inflaman y se ven de color rojo intenso, pudiendo estar además cubiertas por una fina capa color blanquecino. Al comienzo de la infección, esta capa blanquecina y amarillenta también puede cubrir la lengua. Los ganglios del cuello también se presentan inflamados. Los síntomas que completan el cuadro son el lógico malestar general, pérdida de apetito, dolor en las articulaciones, escalofríos, náusas o vómitos.

En general y con tratamiento, actualmente la escarlatina no suele presentar complicaciones.

¿En qué edades aparece?

La escarlatina es muy poco frecuente en niños menores de dos años y en edades superiores a diez. Es la franja entre estas dos edades en la que suele aparecer, generalmente asociado al contagio en el ámbito escolar.

¿Cómo se contagia la escarlatina?

Como hemos dicho, no todos los niños son sensibles a la toxina. En cualquier caso, la forma más común de contagio sería a través de las secreciones nasales y la saliva, al respirar o al estornudar. En casos excepcionales, la escarlatina puede darse a través de una infección cutánea denominada impétigo, causada por el mismo tipo de bacteria. En estos casos los niños no tienen por qué tener dolor de garganta, pero sí podría producirse el contagio mediante el contacto directo con el sarpullido.

No existe una forma específica de prevenir la escarlatina, más allá de mantener unas adecuadas medidas de higiene. Es frecuente que se de el contagio entre miembros de una misma familia o entre niños que compartan espacio en el ámbito escolar. Sin embargo, no debemos caer en un miedo excesivo al contagio de los niños en las escuelas infantiles o en el colegio en edades tempranas. Lo mejor es que en cuanto aparezcan los síntomas y sobre todo una vez que ha sido diagnosticado, el niño no acuda al colegio para evitar el contagio al resto de sus compañeros. De todas formas, al poco de iniciarse el tratamiento, el niño ya no será contagioso, aunque por las propias molestias de los síntomas y por prevención, sería mejor que permaneciese en casa durante unos días.

Si uno de los niños del hogar padece la escarlatina, es recomendable lavarse a menudo las manos, evitar el contacto entre los niños y procurar que no utilicen los mismos utensilios de cocina o de baño. A diferencia de otras enfermedades, como por ejemplo la varicela, un mismo individuo puede tener la escarlatina varias veces.

¿Cuándo llevar a nuestro hijo al médico y qué tratamientos existen?

Es recomendable acudir al pediatra cuando los síntomas comiencen a aparecer, especialmente si se dan los tres síntomas característicos: fiebre, dolor de garganta y sarpullido. En principio, el diagnóstico no es complicado, especialmente cuando aparece el sarpullido, aunque son útiles los cultivos de garganta.

Niño enfermo en la camaEvitaremos que el niño con escarlatina entre en contacto con otros niños

Al ser una enfermedad bacteriana, puede tratarse con antibióticos, por lo que, si bien es cierto que antiguamente se consideró una enfermedad grave, especialmente a causa de la fiebre elevada, actualmente es sencillo controlarla. El antibiótico deberá tomarse durante el tiempo indicado por el médico, generalmente entre una semana y diez días y es posible que se aporte además algún tratamiento específico para el sarpullido. Aunque la infección esté ya curada, es normal que los síntomas como la hinchazón de garganta o el sarpullido se alarguen un poco más antes de su desaparición. Si estos síntomas empeoran o la fiebre no comienza a desaparecer pasados un par de días, sería recomendable acudir de nuevo al médico.

Para aliviar en casa los síntomas del niño, pueden llevarse a cabo una serie de medidas. El médico será el indicado de dar las recomendaciones sobre cómo tratar el sarpullido. En cualquier caso, es conveniente que el niño no se rasque para no lastimar más aún la piel. Para ayudarle a comer, dados el dolor e hinchazón de garganta, se recomendaría una dieta basada en alimentos blandos o incluso líquida, si fuese necesario. Es recomendable asegurarse de que se ingiere mucho líquido. Un ambiente muy seco puede incrementar también las molestias de la garganta.

De modo que, no debemos asustarnos ante el diagnóstico de escarlatina. Efectivamente, la enfermedad aún existe pero con un buen tratamiento no deberían darse complicaciones y los síntomas desaparecerán al cabo de unos días. Pasará a formar parte del historial de clásicas enfermedades que nuestros hijos sufrirán a lo largo de los primeros años de su vida.

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