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Ser un equipo en la disciplina de los hijos
Ser un equipo en la disciplina de los hijos

DISCIPLINA

Ser un equipo en la disciplina de los hijos

Como padres debéis ser el mejor equipo en la disciplina de los hijos, ¡así es cómo podréis conseguirlo!

Cuando se trata de la crianza de los hijos es imprescindible que los padres aprendan a ser un equipo y a ir por el mismo camino. Unos padres que no van en el mismo camino en cuanto a la disciplina de sus hijos, solo transmitirán desconfianza e inseguridad a los pequeños. Estos sentimientos pueden ocasionar mal comportamiento y ansiedad en los hijos, sin importar la edad que tengan.

Es necesario que los padres tengan presente que deben ser un equipo en cuanto a la disciplina de sus hijos, sin importar las diferencias que puedan tener. Es primordial sentarse a hablar y acordar cuál será el estilo de crianza y las normas y límites que establecerán en el hogar. Si no sabes cómo hacerlo, sigue estos consejos.

Acepta vuestras diferencias

Es importante aceptar que tú y tu pareja estaréis en desacuerdos en temas de crianza en algún momento dado, y esto es totalmente normal. Cuando uno de los padres no expresa su opinión también será necesario tenerlo en cuenta y trabajarlo.

 

Hay muchas maneras diferentes de criar a un niño. Cuando tengas opiniones diferentes en cuanto a la crianza de tus hijos respecto a las opiniones de tu pareja, deberás respetarlo. Esto no significa que debas estar de acuerdo. Primero tienes que sentirte cómodo para aceptar el desacuerdo. Piensa que los dos queréis lo mejor para vuestros hijos, solo que con perspectivas diferentes, ¡pero el objetivo final es el mismo!

Pensad en el mejor estilo de crianza, el que es el más adecuado para los niños y en cómo enfocarlo juntosPensad en el mejor estilo de crianza, el que es el más adecuado para los niños y en cómo enfocarlo juntos

Pensad en el mejor estilo de crianza, el que es el más adecuado para los niños y en cómo enfocarlo juntos. Comprender cómo abordar cada uno el mismo problema con una perspectiva diferente puede ser útil. El temperamento también es importante tenerlo en cuenta, quizás tengas una mayor tolerancia a algún comportamiento y tu pareja tenga una mayor tolerancia por otro. Observa cómo cada uno de los temperamentos encaja con el temperamento de cada niño para conseguir mejores resultados en la disciplina y que vosotros, sepáis un buen equipo a pesar de las posibles diferencias que tengáis.

Estar en el mismo terreno

Una vez que hayáis identificado vuestras diferencias, buscad un terreno neutro y tenerlo como vuestra salida. Es probable que tengáis objetivos similares en cuanto a la crianza de los hijos, aunque tengáis diferentes perspectivas para conseguirlo. Los dos queréis invertir tiempo y esfuerzo en asegurar que los niños crezcan y se conviertan en adultos responsables.

Tendréis que sentaros juntos y elaborar un plan en el que ambos estéis de acuerdo y queráis seguirlo. No necesariamente tenéis que estar de acuerdo en todos los aspectos, pero tendréis aceptar que podéis estar unidos en esto. Es necesario comprometerse para obtener buenos resultados.

Tendréis que sentaros juntos y elaborar un plan en el que ambos estéis de acuerdo y queráis seguirloTendréis que sentaros juntos y elaborar un plan en el que ambos estéis de acuerdo y queráis seguirlo

Por ejemplo, ambos podéis estar de acuerdo en que tu hijo de 8 años tendrá un recordatorio después de comer para hacer sus tareas. Si no las hace, no tendrá tiempo de ocio. Esta puede ser una consecuencia efectiva que le motive a hacer sus tareas al día siguiente con o sin recordatorio.

Establecer reglas y normas en el hogar

Es necesario ser un fuerte equipo para establecer las reglas en el hogar. Pensadlas y escribidlas antes, las que sean más importantes para los dos. Una vez que tengáis las reglas establecidas tendréis que comunicarlas a los hijos. Depende de la edad de tus hijos podrán ser más o menos reglas con un máximo de 10. No podrán faltar las reglas generales como con respeto, tareas domésticas y saber estar.

También tendréis que hablar las posibles consecuencias (que deberéis estar de acuerdo antes de hablarlo con los hijos) para el caso de que se rompan las reglas. Es necesario que hayan diferentes consecuencias pero serán las mismas para todos los niños. Las recompensas también deberán hablarse para cuando sí se cumplan las normas, como motivación a un cambio de comportamiento en positivo.

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