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La disciplina en niños de 1 y 2 años
La disciplina en niños de 1 y 2 años

DISCIPLINA

La disciplina en niños de 1 y 2 años

¿Cómo se puede aplicar la disciplina a niños que tienen entre 1 y 2 años? Descubre cómo hacerlo de forma efectiva.

Los niños de a partir de 1 año necesitan empezar a tener disciplina en casa para saber qué se espera de ellos y que sepan qué comportamientos son aceptables y cuáles no lo son. Pero su capacidad de raciocinio es bastante limitada y por tanto hay que saber cómo proporcionar esta disciplina deforma positiva para el bien de todos.

La redirección del comportamiento es útil para los niños pequeñosLa redirección del comportamiento es útil para los niños pequeños

La redirección es fundamental

La redirección del comportamiento es útil para los niños pequeños. Se encontrará diciendo "no-no" repetidamente cada día con niños de entre 1 y 2 años. Tienes que decidir qué comportamientos son aceptables y cuáles no lo son y requieren consecuencias inmediatas. En otras circunstancias puede que solo necesite una redirección de conducta como lo harías con un bebé de menos de un año.

Correcciones verbales simples

Las correcciones verbales simples son útiles en esta etapa. Cuando las correcciones verbales fallan, entonces necesitarás tomar medidas. A veces, los niños pequeños simplemente están probando las situaciones para saber hasta dónde miden tus fuerzas.

Es necesario conocer los límites y reconocer cuando el comportamiento es negativo o simplemente requiere una pequeña corrección verbal. Puedes utilizar algunos métodos como el método fuera, quitar juguetes o eliminar privilegios simples.

Evita los desencadenantes de las rabietas

A estas edades las rabietas son normales. Si tu hijo tiene un rabieta y quiere golpear y gritar, entonces es lo más normal del mundo y necesitarás paciencia, respirar hondo y una gran tranquilidad mental y emocional para hacer frente a este conflicto.

A estas edades lo mejor es evitar los desencadenantes que pueden provocar rabietas (saltarse la hora de la siesta o que tenga hambre, por ejemplo). Si ocurre una rabieta en un lugar público, en lugar de perder los nervios, ve a un lugar apartado para poder manejar mejor la situación.

Busca tiempo tranquilo

Las mejores consecuencias para una rabieta es conseguir un momento tranquilo. Esto nada tiene que ver con el tiempo de espera (que suele ser el número de minutos por edad del niño, un niño de 3 años tendrá 3 minutos de tiempo de espera o tiempo fuera). Las rabietas necesitan un tiempo adicional para que el pequeño se calme y vuelva al estado de calma. Intentar redireccionar o reconducir la situación antes simplemente no vale para nada.

La clave con los niños pequeños es mantener la calma. Debes ser su roca, no la que la pierde los nervios cuando ellos los pierden.

Sé claro y firme

Es necesario que seas claro y firme con tu hijo, ellos necesitan ver que llevas el mando y que tienes el control de la situación. Por eso, tendrás que mantener una actitud centrada y firme. Puedes decir algo como: 'Nos vamos de aquí ahora mismo, regresaremos cuando estés tranquilo'. En el caso de que tenga una rabieta en el parque, por ejemplo. Siempre que tu hijo necesite calmarse deberás estar a su lado.

Cuando un niño utiliza un juguete para romperlo o para dañar a otros, inmediatamente el juguete tendrá que ser retirado. Aquí también tendrás que ser firme y claro con respecto al uso de los juguetes.

No le digas a tu hijo que es 'malo', si no que ha tenido un 'mal comportamiento'No le digas a tu hijo que es 'malo', si no que ha tenido un 'mal comportamiento'

Diferencia el mal comportamiento del niño

No le digas a tu hijo que es 'malo', si no que ha tenido un 'mal comportamiento'. Es necesario que entiendas tú primero que los niños y sus comportamientos son dos cosas diferentes, no etiquetes a un niño por el comportamiento que tiene. En lugar de eso, lo mejor que puedes hacer es ayudarle a encontrar la manera de poder comportarse mejor la próxima vez.

Tú eres su guía en este mundo tan complicado, así que mantente firme desde el amor, el respeto y el cariño hacia tus hijos. Ellos lo agradecerán y tú estarás mucho más tranquilo/a en la crianza de tus pequeños.

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