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Deja de gritar a tus hijos siguiendo estos 4 pasos
Deja de gritar a tus hijos siguiendo estos 4 pasos

DEJAR DE GRITAR

Deja de gritar a tus hijos siguiendo estos 4 pasos

¿Te arrepientes cada vez que gritas a tus hijos? Con estos 4 pasos podrás dejar de hacerlo para siempre.

Tener un hijo es una gran responsabilidad. Desde el momento en que decides tenerlo tu vida va a cambiar por completo. Son muchas las cosas que vas a tener en cuenta, tanto antes de la llegada del bebé como durante todo su crecimiento. Además, es una responsabilidad para toda la vida, no sólo económica, sino también una gran inversión de tiempo, paciencia y esfuerzo con tal de que puedas cubrir todas sus necesidades, como la salud o la escolarización, como también su educación en casa, los valores los cuales podrán conformar gran parte de su carácter y harán que sea la persona que te gustaría que fuese, con una buena moral y conciencia.

Sin embargo, educar a los niños no es tan fácil como parece y hasta que no llega el momento no eres del todo consciente de la dificultad de esta tarea. Puede que haya instantes en los que tengas mayor paciencia y puedas hacerles ver qué es lo que no están haciendo bien, pero en otros quizás estés nervioso o más ocupado y no puedas darles la explicación que te gustaría darles con tal de demostrarles lo erróneo de su acción.

Ten en cuenta tu comportamiento

Es importante que no dejes pasar por alto sus malos comportamientos o las actitudes que no terminan de gustarte. De lo contrario el niño no será consciente de que lo que está haciendo no está bien y puede que lo incorpore a su vida como un hábito, algo que te será mucho más difícil modificar más adelante. Así pues, la educación es una tarea constante que no termina nunca, pero que no puedes descuidar en ningún momento. Por eso, es importante que seas consciente de la importancia que tiene dar una educación adecuada a tu hijo y ser paciente durante la misma. Tener niños es una gran responsabilidad, de la cual no podrás evadirte, pero que necesitarás el apoyo de tu pareja y de los abuelos y demás familiares del niño para que vayáis todos a una y podáis enseñarle lo mismo para que crezca con los valores y modales que te gustaría que tuviese.

Puede que los gritos sean efectivos momentáneamente, pero no es la mejor manera de educar a tus hijosPuede que los gritos sean efectivos momentáneamente, pero no es la mejor manera de educar a tus hijos

No obstante, el niño no siempre reaccionará en el modo que te gustaría y es probable que no cese de hacer aquello que no está haciendo bien, quizás porque otro adulto se lo ha dejado hacer antes o porque no es consciente de por qué está mal lo que está haciendo. Los adultos tenemos muchas responsabilidades, además de la educación de los niños, por lo que a veces tenemos preocupaciones ajenas relacionadas con el trabajo, las tareas del hogar u otros adultos. Por eso, en el momento de educar a los hijos puede que no tengamos siempre la paciencia necesaria y podamos llegar a gritarles con tal de que paren de hacer lo que están haciendo o realicen la acción que les estamos pidiendo de forma reiterada, sin que terminen de hacernos caso.

Puede que los gritos sean efectivos momentáneamente, pero no es la mejor manera de educar a tus hijos. Este alzamiento de voz puede tener efectos negativos, tanto en la educación del niño como en su crecimiento y en la creación de su carácter. Descubre entonces cómo dejar de gritar a tus hijos con los siguientes pasos e intentar darle la mejor educación posible.

1. Separa la vida familiar de la vida laboral

Intenta disfrutar siempre de los momentos que pases con tus hijos. Es probable que tengas mucho estrés en el trabajo o estés pasando por una temporada más difícil. Sin embargo, no deberías dejar que los problemas ajenos a tus hijos afectasen a tu relación con ellos. Así pues, cuando llegues a casa o veas a tus niños lo mejor será que intentes vivir el presente, disfrutes del valioso tiempo que pasas a su lado e intentes olvidar los problemas ajenos a ellos con tal de no volcar tus nervios hacia su persona cuando no se estén portando bien.

2. Intenta ponerte en su lugar

Todos hemos sido niños y hemos repetido la mayoría de comportamientos que tus hijos pueden estar teniendo en ese momento. Recuerda que tu también has estado en su lugar y la niñez y adolescencia son instantes de la vida durante los cuales estás aprendiendo y explorando el mundo, por lo que a veces tienes que ver cuáles son los límites o probar a hacer cosas que quizás no te convienen tanto.

La tarea de los padres es ayudar a los hijos a corregir estas acciones o a evitar que puedan llegar a sufrir. No obstante, la mejor manera de ayudarles no será a gritos, por lo que no les trates del modo en el que no te gustaría que te tratasen a ti. Ten muy presente que los niños repetirán las acciones que realices, por lo que si les hablas a gritos y con reproches, ellos te hablarán probablemente a ti del mismo modo.

En ocasiones quizás te veas forzado a alzar la voz porque tu hijo estará gritando en excesoEn ocasiones quizás te veas forzado a alzar la voz porque tu hijo estará gritando en exceso

3. Cuenta hasta diez

Cuando veas que tu hijo no te está haciendo caso o está realizando una acción que le has pedido en muchas ocasiones que no realice, intenta contar hasta diez antes de regañarle. A veces, con el calor del momento, gritamos y decimos cosas sin pensar, que podrían llegar a herir los sentimientos del niño, quien todavía está conformando su carácter y puede llegar a ser más sensible. Por eso, lo mejor será que no actúes en caliente y que intentes respirar hondo antes de decir algo, evitando así los gritos y las malas maneras, intentando explicarle las cosas con tal de que tome conciencia de su mala acción y no vuelva a repetirla en el futuro, conociendo ahora el porqué.

4. Evita que tu hijo grite

En ocasiones quizás te veas forzado a alzar la voz porque tu hijo estará gritando en exceso. Algunos niños cogen el hábito de hablar muy fuerte, incluso cuando están contentos. Esto no es siempre señal de que estén mal educados, pero será tu tarea como padre enseñarle que no deben hablar tan alto. El hecho de que estén gritando te hará alzarle la voz, algo que puede sonar amenazante en ocasiones, incluso si no quieres que así suene.

Así pues, si tu hijo habla en un tono de voz normal, sin gritar, podrás hablarle sin subir la voz tú tampoco y así evitar los gritos en casa. Puede que sea un hábito que haya cogido del colegio o con sus amigos, pero es tu tarea como padre educarle de modo que sepa controlar su tono de voz y ambos podáis evitar siempre los gritar en casa y que gritar no se convierta en vuestro modo de comunicación habitual.

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