La alimentación de nuestro bebé es esencial para que crezca sano y fuerte. Por eso, es muy normal, sobre todo entre las madres primerizas, que exista una cierta preocupación en cuanto a la calidad de la leche materna generada.
Existe la falsa creencia de que las madres pueden generar la calidad de la leche en mal estado, que puede serle perjudicial al bebé. Sin embargo, esta leyenda no es cierta, puesto que la pediatría asegura que la calidad de la leche de las madres siempre suele ser buena para el recién nacido.
Es cuando la almacenamos o comemos algo que le hace reacción al bebé que puede dejar de ser buena, pero eso no significa que la madre genere leche de mala calidad, sino que esta leche ha sido procesada o afectada por otro alimento.
En Bekia te contamos cómo saber cuando la leche no le es buena a tu recién nacido y desmotamos el tópico de que le leche materna puede ser de mala calidad para el bebé.
Qué puedo hacer para que la calidad de mi leche mejore durante la lactancia natural
Aunque todas las madres producen una leche materna excelente, se encuentren en el lugar del mundo en el que se encuentren y tengan una dieta distinta, si que alunas enfermedades concretas podrían afectar al estado de nuestra leche al dar el pecho. En estos casos en concreto, el médico será consciente de tú situación y podrá darte los consejos más adecuados.
De lo contrario, tu leche estará en buen estado y será de gran calidad para tu bebé. No obstante, existen algunos consejos que podemos seguir para poder asegurarnos de que le estamos dando el mejor alimento a nuestro hijo si optamos por la lactancia natural:
- Puede que una vez que hayas dado a luz pienses que ya puedes volver a retomar tus viejos hábitos, como una dieta rica en grasas, el tabaco o el alcohol. Sin embargo, cada vez que consumas alguna de estas sustancias nocivas se las estarás pasando a través de la leche al dar el pecho a tu recién nacido, lo que le será igual de malo que si las hubieses consumido durante el embarazo. Por lo tanto, dejaremos de tomar estos alimentos y productos mientras realicemos la lactancia natural, al menos, hasta que nuestro bebé deje de tomar el pecho.
- Las comidas picantes te pueden gustar mucho, pero no gustarle nada a tu bebé. Recuerda que cada vez que consumas algo con un sabor fuerte este irá directamente a tu leche. Además piensa que todos aquellos alimentos que pican producen una mayor necesidad de acudir al baño, por lo que también podría afectar a las heces de tu bebé.
- Puede que después de dar el pecho tu recién nacido llore en exceso, se ponga rojo o se rasque constantemente. Sin saberlo puede que esté sufriendo alguna alergia o intolerancia alimenticia a alguno de los alimentos que comes y se lo pases al dar el pecho. Así pues, lo mejor será que lo consultes con el pediatra lo antes posible. En algunos casos se recomienda a la madre dejar de comer ciertos cereales, carnes o frutos secos para poder ver si los efectos remiten. De lo contrario quizás sería mejor buscar con el médico una opción alternativa a la lactancia natural. E sto no significa que la calidad de la leche sea mala o que estés haciendo algo mal como madre, simplemente tu bebé tiene unas necesidades alimenticias específicas que deben estar controladas por un médico por el bien de su salud y crecimiento.
- Bebe mucha agua, puesto que la primera leche que sale del pecho es más líquida que el resto. Esto es para saciar la sed del bebé y a continuación se va espesando para poder alimentarlo mejor y sacarle la sensación constante de hambre que podía haber estado pasando antes de tomar el pecho.
Qué puede afectar a la calidad de la leche
A parte de todos los consejos anteriores para que la calidad de tu leche, que ya es seguramente excelente para el bebé de por si, mejore, existen otras causas por las cuales la calidad de tu leche se podría ver afectada.
Aquellas madres que no pueden darles el pecho a sus hijos tantas veces como les gustaría, quizás por motivos de trabajo, deberán extraérsela con un sacaleches y conservarla para su posterior administración.
No obstante, debemos realizar este proceso con mucho cuidado, de lo contrario podríamos convertir una leche que estaba en buen estado a ser de mala calidad. También es muy importante que recordemos que una vez extraída la leche del pecho solamente puede ser consumida hasta las 24 horas posteriores, como máximo, a temperatura ambiente y un par de días más si la tenemos refrigerada.
Antes de darle la leche materna extraída de tu pecho con el biberón al bebé siempre deberás probarla tú antes. De este modo sabrás si ya no está en buen estado, por su sabor agrio, el color amarillento o quizás que ya no es tan líquida como cuando la sacaste del pecho. Si notas que sabe diferente o te da mal aspecto no se la des a tu bebé. Es mejor que le des entonces el pecho o busques una alternativa, la leche en mal estado podría serle nociva para su salud.
Existen muchas leyendas que la gente se ha creído durante muchos años y puede que tus familiares y amigos te las comenten sin mala intención. Recuerda que la medicina avanza muy deprisa actualmente y que si tienes alguna duda respecto a tu leche materna o a la alimentación de tu bebé deberías siempre dirigirte al profesional de la salud, que es quien mejor sabrá aconsejarte para que tu recién nacido pueda crecer sano y fuerte como os merecéis.