Cuando oímos hablar de una violación en los medios de comunicación a todos se nos revuelve el estómago, no es muy agradable de escuchar y muchas veces la gente lo ve como algo lejano, algo nunca podría llegar a pasarles a ellos. Sin embargo la realidad es muy diferente, todos podemos ser víctimas de un abuso. Muchas veces tras un abuso o violación la víctima responde con el silencio, a veces por miedo al agresor, porque se sienten culpables o porque no quieren recordar una experiencia tan dolorosa para ellos, si esto ocurre nunca se podrá superar.
Cuando alguien de nuestra propia familia sufre una violación todos los miembros deben de formar una piña para dar el máximo apoyo posible a la víctima y estar informados sobre que deben de hacer.
1- No dudes de su testimonio
NUNCA debes dudar de su testimonio. Hay muchos casos de niños abusados por miembros de su propia familia que no son tomados en serio, eso genera mucho dolor, resentimiento y odio. ¿Cómo te sentirías tú si tu propia madre dudase de tu testimonio? O mucho peor... quiera dudar... Por eso, escúchala, compréndela, dale apoyo y hazle ver que le crees. Aunque puedas tener tus dudas al respecto no se las transmitas a ella, al menos hasta que no tengas suficientes evidencias de que podría estar mintiendo. También debes de mantener la calma y no dejarte llevar por tus emociones, bastante mal lo está pasando ella como para encima tener que aguantar reacciones de otra gente.
2- Escucha SIN juzgar
Comentarios tipo "no deberías haber salido hasta tan tarde", "ya te dije que esa zona es peligrosa..." o "ya sabia yo que tal persona no era de fiar" no llevan a ninguna parte, son hirientes y sobran. Diciendo cosas de ese estilo solo conseguirás que tu hija no vuelva a contarte nada más en la vida porque se sentirá juzgada, tonta e imcomprendida. Ella busca a alguien que le escuche, que no le riña y que mucho menos la haga sentir culpable. Tampoco deberías hacer demasiadas preguntas. Deja que sea ella quién se exprese dónde, cuándo, cómo y cuánto quiera.
3-...Y hablando de culpabilidad
Hazle ver que ella no ha sido culpable de nada, ni de ir a tal sitio, ni de llevar tal tipo de ropa ni de hablar con tal tipo. Muchas veces las ganas de buscar una explicación llevan a la persona a autoculparse por algo de lo que realmente no tiene la culpa de nada. En una violación la víctima nunca debe sentirse culpable y mucho menos por comentarios de otras personas externas a los hechos... Como familia vuestra función es protegerla y hacerle ver que lo que los demás puedan opinar debe resbalarle. El único factor que facilita el que se produzca una violación es una adolescente es SER MUJER, asi que en vez de echar la culpa a las víctimas por como iban vestidas o porque se encontraban solas en ese lugar hay que hacerles ver que la única culpa es del agresor que no entiende que los otros no están para satisfacer sus caprichos.
4-Buscar apoyo médico
Si tu hija es mayor de edad no puedes obligarla ni decidir por ella lo que debe o no debe de hacer, pero si puedes asesorarle e intentar convencerla de que tiene que buscar ayuda médica. Incluso en el caso de que no quiera denunciar debe ir al médico para tratar las consecuencias de una violación, podría haber desgarros, infecciones, enfermedades de transmisión sexual e incluso podría quedarse embarazada. Además, si va al médico se guardarán las pruebas de que ha sido violada con las que podrá denunciar si cambia de idea más adelante.
5- Se un apoyo en todo el proceso de denuncia
Si tu hija finalmente decide denunciar es importante que escriba e cuanto antes toda la escena de la violación: quién o quiénes estuvieron implicados, dónde ocurrió, cuánto duró, cuándo y cómo. Debe detallar toda la escena a conciencia, como si estuviese viendo la escena de una película. Si el agresor es un desconocido debe dar todo tipo de detalles que recuerde : voz, rasgos físicos, ropa, etc. Preservar toda esta información será muy importante en el futuro si hay un juicio. En el caso de que la persona que cometió la violación pertenezca a la familia lo primero es buscar un entorno seguro a la víctima y buscar un plan de protección por si recibiese algún tipo de amenaza. Sin embargo, debes respetar su decisión de a quién y cuándo contarlo, aunque quieras ayudarla debes respetar siempre su intimidad.
6- La importancia de ir a un psicólogo
Las víctimas de un abuso sexual tienen más riesgo de desarrollar algún tipo de trastorno psicológico con el tiempo:
-Trastorno del estrés postraumático.
-Trastornos de la alimentación.
-Depresión. El bajo estado de ánimo y los sentimientos de culpabilidad que tienen algunos pueden conducir a ella.
-Trastornos sexuales como miedo a la intimidad, vaginismo, anorgasmia, disfunción eréctil en el caso de los hombres...
-Trastornos disociativos
-Fobias ambientales por lugares o estímulos que se asociaron en el momento del abuso.
-Dismorfofobia. Empiezan a rechazar su propio cuerpo.
-Adicciones.
-Insomnio.
-En menores se ha visto que hay una mayor probabilidad de convertirse en futuros agresores sexuales respecto a otros niños no abusados.
El papel del psicólogo es vital para superar un episodio de violación porque enseñará al adolescente a gestionar sus emociones, quitar los miedos e inseguridades que pueda tener y sobre todo a reprocesar el trauma para que poco a poco se vaya curando, como una cicatriz. Hay varios tipos de tratamientos, como la EFT (técnica de liberación del malestar emocional) o algunos más novedosos como la EMDR, e incluso la hipnosis... Pero todas se basan en lo mismo, aprender a procesar de nuevo la experiencia y de enseñar al menor estrategias adecuadas para superar el malestar emocional. En el caso de niños más pequeños también se busca el reexperimentar las emociones, reconocer su intensidad y discriminarlas adecuadamente. La terapia suele ser larga hasta que se consigue superar el trauma pero también dependerá del tipo de abuso y de la víctima, sin embargo, no por ello debe dejarse pasar.