Con la llegada del frío y de las bajas temperaturas surgen las dudas en muchos padres en relación a la manera de cómo hay que abrigarlos. Lo importante en cualquier caso es conseguir que los niños estén cómodos a la vez que seguros. A partir de aquí es bueno seguir una serie de recomendaciones para asegurarse de que el niño esté perfectamente abrigado y no pase nada de frío.
Las necesidades del niño
Lo primero que debes tener en cuenta es que los niños van a tener una regulación térmica diferente a la de los adultos. Su cuerpo se está formando y aún está aprendiendo a mantener una temperatura constante, por lo que es clave prestar atención a las señales que te brinda tu pequeño.
Si tu hijo tiene las manos y los pies fríos, es probable que necesite que le abrigues mucho más. Las manos y los pies son las primeras partes del cuerpo en sentir el frío, así que asegúrate de que estén bien calientes.
El rostro es otra parte del cuerpo que te va a servir para saber si el niño tiene frío. Si observas que la nariz o las mejillas están rojas, es hora de añadir una capa más.
La importancia de las capas
En lugar de usar una única prenda gruesa, es mucho mejor vestir a los niños con varias capas. Esto va a permitir ajustar su abrigo según las condiciones cambiantes y facilita la regulación de la temperatura corporal:
- La primera capa debe ser una camiseta térmica que absorba la humedad. Esto va a ayudar a mantener la piel seca y evita que el frío penetre en el cuerpo.
- La segunda capa debe consistir en una chaqueta de lana que aporte aislamiento térmico adicional.
- La tercera capa debe ser un abrigo que sea resistente al viento y al agua, perfecto para los días lluviosos o ventosos. Lo ideal es que sea bastante holgado para que el niño pueda moverse sin problema alguno.
Ajustar la temperatura
Los meses de invierno se caracterizan porque las temperaturas pueden variar considerablemente a lo largo del día. Es importante por ello adaptar el abrigo de tus hijos para que estén lo más cómodo posible.
La cabeza es una zona del cuerpo que sufre unas importante pérdida de calor. Es por ello que debes usar gorros que cubran sus orejas y una bufanda que ayude a cubrir el cuello. No te olvides tampoco de las manos y de los pies. Un buen par de guantes y calcetines térmicos van a mantener sus extremidades bien calientes.
Cuidado con la ropa mojada
Aunque abrigar a los niños en invierno es importante, es igual de esencial el asegurarse de que sus prendas estén secas y no mojadas. La humedad va enfriar rápidamente el cuerpo, pudiendo provocar afecciones de tipo respiratorias.
Si ha llovido y la ropa de tu hijo está húmeda y mojada es esencial el cambiarla de inmediato. Un cambio rápido de la ropa va a evitar que el pequeño se enfríe. Busca un tipo de ropa que ayude a eliminar y poder mantener a tus hijos secos y cómodos.
Tener en cuenta la opinión de los niños
Cada niño es diferente por lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. Es por ello que debes abrigarlo según las condiciones y teniendo en cuenta diferentes aspectos.
Si tu hijo es mayor debes preguntarle si tiene frío o calor. La opinión del niño va a ayudarte a adaptar su abrigo de manera más eficaz. Si ves que no está cómodo es posible que necesite alguna capa más.
En definitiva, es importante abrigar de manera adecuada a los niños durante los meses de invierno. Es bueno que no pasen nada de frío y que estén lo más cómodo posible.