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El VIH y el SIDA durante el embarazo
El VIH y el SIDA durante el embarazo

SIDA Y MATERNIDAD

El VIH y el SIDA durante el embarazo

Si estamos siendo tratadas con medicación para el VIH o el SIDA y queremos tener un bebé, tenemos probabilidades de que nazca sin la enfermedad.

Gracias a la educación que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas hemos conocido más o menos qué es el VIH y el SIDA y cómo se transmite esta infección. Sin embargo, quizás desconozcamos todas sus facetas y cómo esta enfermedad o infección puede afectar, por ejemplo, al embarazo.

En Bekia te contamos qué es el VIH y el SIDA, cómo se transmite, qué síntomas presenta y cómo puede influenciar tanto a la mujer embarazada como a su bebé durante los meses de gestación y hasta su nacimiento.

Qué es el VIH y qué es el SIDA

Aunque ambas enfermedades pueden llegar a confundirse, no son exactamente lo mismo. Por lo tanto, el VIH es el virus de inmunodeficiencia humana y se transmite a través de la sangre (compartiendo, por ejemplo, una misma jeringuilla -es un caso muy común entre las personas que consumen drogas a través de esta vía-) o bien a través de las relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos efectivos.

Con el tratamiento correcto, hay pocas probabilidades de que el feto se contagieCon el tratamiento correcto, hay pocas probabilidades de que el feto se contagie

Algunas de las personas que han sido contagiadas con el VIH no son conscientes de que llevan este virus dentro de su cuerpo y pueden llegar a transmitir la enfermedad involuntariamente a otras personas. No obstante, aquellos que padecen del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, el SIDA, empiezan a notar los primeros síntomas al enfermar con mucha facilidad, ya que cuando el virus se desarrolla se encarga de hacer que su cuerpo se sienta cada vez más débil, haciéndole incapaz de luchar contra otros virus o infecciones haciendo peligrar su vida con cada pequeña enfermedad que pueda sufrir.

Sin embargo, desde que una persona se contagia del VIH hasta que la enfermedad empieza a mostrar sus síntomas pueden llegar a pasar hasta 10 años. Durante este período de tiempo la persona puede vivir con total normalidad, pero a la que empiezan a aflorar los síntomas del SIDA notará que deberá acudir a un médico con mucha más frecuencia. El médico notará los síntomas de que este virus se encuentra en tu cuerpo y te realizará las pruebas necesarias para determinar si realmente lo estás padeciendo.

Aunque no existen todavía medicinas específicas para curar esta enfermedad, existen muchas otras que hacen que la persona que padece de SIDA puedan vivir con una mejor calidad de vida en comparación con los años anteriores. Otra de las vías de contagio del VIH o el SIDA es el embarazo. Tanto si sabías que habías sido contagiada, como si no, existe un 25 por ciento de posibilidades de que tu bebé nazca también con esta infección.

El VIH y el SIDA durante el embarazo

Si habías sido diagnosticada con esta enfermedad antes de quedarte embarazada y has tomado la medicación recomendada por tu médico; tienes menos probabilidades de que el feto se contagie del SIDA o del VIH. No obstante, deberás consultar con tu médico cuántas son las probabilidades y si podrás seguir tomando la misma medicación si decides seguir adelante con el embarazo. Sin recibir el tratamiento adecuado, hay un 15-20% de probabilidades de que el bebé nazca con la infección por VIH, pero con los medicamentos que existen en la actualidad, la probabilidad se reduce al 1%

No renuncies a la maternidad por culpa del VIHNo renuncies a la maternidad por culpa del VIH

En el caso de que ya estés embarazada y no estés segura si te has contagiado por la infección del SIDA o el VIH puedes hacerte las pruebas en este momento de tu vida igualmente. Hacértelas te ayudará no solamente a salir de dudas, sino que también de este modo podrás determinar si llevas el virus y ponerte en tratamiento lo antes posible con tal de reducir las posibilidades de que el feto también lo contraiga.

Recuerda que deberás hablar con tu médico justo cuando sepas que estás embarazada, ya que quizás deba cambiarte alguna de la medicación para que no te afecte ni a ti ni al feto. Del mismo modo, después del parto y durante el primer día de vida del bebé se le realizarán las pruebas necesarias para determinar si también ha contraído el virus del VIH o el SIDA. En caso negativo deberás pensar si darle o no de mamar al bebé. Al igual que con el embarazo, se puede reducir mucho la posibilidad de transmitir el virus por la leche con un tratamiento adecuado a base de antirretrovíricos, pero eso dependerá de nuestro caso y lo que nuestro médico nos recomiende.

Por lo tanto, tanto si crees que podrías ser portadora del virus del VIH como si estás enferma de Sida deberías hablar con tu médico para que te recomendase el mejor tratamiento durante el embarazo, con tal de reducir también las probabilidades de que tu bebé nazca con la misma enfermedad. Si dudas de si podrías tener esta enfermedad y todavía no lo sabes debes hacerte las pruebas lo antes posible para así ponerte en tratamiento y reducir además de este modo las posibilidades de que el feto también la padezca.

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