Tanto en bebés como adultos, se considera fiebre a partir de los 38 gradosLos bebés tienen un sistema inmunológico inmaduro, lo que provoca que padezcan muchas más enfermedades que los adultos y de forma mucho más frecuente. Para evitar que se ponga enfermo, sobre todo, durante sus primeros meses de vida, se recomienda a toda aquella persona que esté en contacto con el bebé adquirir buenos hábitos de higiene (lavarse bien las manos antes de tocar al bebé, no tocarle la boca con los dedos a no ser que sea estrictamente necesario, asear bien al bebé, mantener su ropa limpia, evitar el contacto del bebé con superficies u objetos que contengan amplio volumen de bacterias, etc.). Una atención cuidadosa en estos aspectos tan sencillos evitará que el bebé enferme frecuentemente cuando aún es tan pequeño.
Es común que el bebé enferme con más frecuencioa si acude a guarderías
Muchas de estas enfermedades comunes cursan con fiebre. En el caso de los adultos tenemos claros nuestros métodos para bajarla, que en la mayoría de los casos suelen ser farmacológicos, pero en el caso de los bebés o niños pequeños nos surgen bastantes dudas sobre si podemos utilizar un medicamento, sobre cuánta cantidad debemos administrarle o sobre si existen otras medidas al alcance de nuestra mano para reducir la temperatura.
Qué es la fiebre y por qué se produce
La fiebre es una respuesta a las infecciones. Cuando los gérmenes penetran en nuestro organismo, éste responde aumentando la temperatura de nuestro cuerpo. Entonces, se producen una serie de respuestas en nuestro organismo: aumento de la producción de anticuerpos (defensas), aumento de interferón y otras proteínas antiinfecciosas, mejora el desplazamiento de los glóbulos blancos al lugar de la infección, y limita a las bacterias la utilización de minerales que son necesarios para el metabolismo. De este modo, los gérmenes son atacados por el propio cuerpo.
La fiebre es un indicador de que "algo está ocurriendo". En el bebé, se considera normal una temperatura rectal de hasta 37.6°; entre 37.6 y 38°, hablaríamos de febrícula ("décimas"), y cuando es mayor de 38° se trata fiebre en sí misma. Además, cuando supera los 40°, hablaríamos de "hipertemia".
Hay que dar abundantes líquidos al bebé para que no se deshidrateLa temperatura será más fiable si se toma en las nalgas (rectal), ya que es una zona más caliente que la axila y la boca. Sin embargo, a partir de 37°, independientemente cualquiera de las tres zonas en que la tomemos, debemos estar alerta.
Remedios naturales para bajarle la fiebre a un bebé
Podemos poner en marcha estas medidas para bajar la fiebre del bebé si el medicamento no funciona, o no es posible dárselo en ese momento:
1. Quítale la ropa para evitar que suba la temperatura. Es recomendable dejarle sólo con el pañal. Si no es posible, vístele con ropa ligera, de algodón.
2. Retírale la ropa de cama para que no le acalore aún más.
3. Baña al bebé en agua tibia, nunca en agua fría, ya que eso podría ocasionar una bajada brusca de
temperatura.
4. Para que el bebé se sienta más aliviado, con un paño húmedo refréscale la frente, las muñecas y la nuca. Nunca debes poner paños mojados por todo el cuerpo del bebé.
5. Procura que el bebé permanezca en un lugar freso, ventilado pero sin corrientes y, si está en la calle, siempre a la sombra.
6. Nunca uses alcohol para tratar de reducir la fiebre del bebé (antiguo remedio comúnmente utilizado). El alcohol puede aumentar su temperatura drásticamente e igualmente, intoxicarse.
7. Ofrécele agua frecuentemente al bebé para evitar la deshidratación causada por el sudor y la falta de apetito. El agua conlleva muchos beneficios para nuestro cuerpo y en este caso, es uno más. También el suero es especialmente indicado en bebés.
8. Dale 2 ó 3 cucharadas cada 8 horas de una infusión de girasol hecha con los pétalos secos de esta flor y con azúcar o miel.
9. Procura que el bebé descanse el máximo tiempo posible, eso le ayudará a recuperarse.
10. No obligues al bebé a comer, pero manténgale bien hidratado (zumos, caldos, infusiones, agua, etc.)
11. Dependiendo de la edad del bebé y de su alimentación, procura darle una dieta blanda (panes, galletas, pastas...).
12. Coloca rodajas de patata cruda en la planta del pie del bebé. Deben ser cambiadas con frecuencia. Esto bajará la fiebre del bebé.
13. Una taza de té de milenrama abre los poros y provoca la sudoración.
Qué fármacos podemos dar a los bebés para la fiebre
Es muy importante antes de comenzar cualquier tratamiento consultar con el médico. Más aún cuando se trata de un bebé enfermo. Ante todo, el pediatra debe ser quien especifique qué medicamento debe tomar el bebé y la dosis. Cada bebé es diferente, con sus condiciones físicas particulares y nunca debemos tomar decisiones por cuenta propia sin consultar antes con el pediatra.
Si la fiebre viene acompañada de síntomas sospechosos, debemos llevar al bebé al médicoGeneralmente, cuando el bebé está enfermo, se suele administrar antipiréticos: ibuprofeno, metamizol y paracetamol. Los tres tienen poder analgésico y antiinflamatorio (especialmente el ibuprofeno). Se deben utilizar cuando la temperatura sea superior a 38.5ºC. Antes de esto se debe intentar bajar la temperatura con medios físicos o remedios naturales. Sin embargo, esta indicación es relativa y debemos consultarlo con el pediatra: él es quien conoce a nuestro bebé.
Asimismo, el ácido acetilsalicílico (aspirina) no está indicado para los niños.
Cuándo debemos acudir al pediatra
Debemos acudir al médico siempre que el bebé tenga fiebre y sea menor de 3 meses. También, cuando observemos algún signo extraño en el bebé que nos indique que puede estar enfermo, como pueden ser:
- Le cuesta respirar.
- La fiebre es elevada (más de 39º) y no se ha reducido con tratamiento tras 6-12h.
- Tiene somnolencia excesiva.
- No se mantiene en pie.
- Tiene vómitos excesivos.
- Tiene rigidez al doblar la nuca.
- Tiene mal aspecto y una erupción cutánea rojo-vinosa o hemorrágica.
- Es un lactante y tiene un llanto débil en forma de gemido o bien es bastante agudo y persiste.
- Tiene la piel pálida o amoratada.
- Tiene escozor al orinar.
Las indicaciones tanto para niños más mayores como para bebés son muy similares. Sin embargo, los bebés manifiestan el malestar de muchas otras formas y son más vulnerables, sobre todo, si son menores de 3 meses.