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¿Qué son las vegetaciones?
¿Qué son las vegetaciones?

SALUD RESPIRATORIA

¿Qué son las vegetaciones?

Las vegetaciones son un problema respiratorio que puede darse en niños de entre 2 y 6 años, te indicamos cómo identificar las vegetaciones y qué tratamiento tienen.

Las vegetaciones son un problema respiratorio que afecta sobre todo a niños pequeños, en edades comprendidas entre los 2 y los 6 años y que pueden llegar a ser muy molestos si se suceden en el tiempo, más que dolorosos.

En realidad, las vegetaciones aparecen porque el tejido lonfoide que está en la parte posterior de la nariz y que une las vías respiratorias de entrada con la garganta, sufren cambios, que producen esta molestia. Este tejido está en constante crecimiento en los primeros años de vida del ser humano, hasta que se encuentra totalmente desarrollado, momento en el que comienza a disminuir de tamaño. Su principal función en el organismo es realmente la de defender al sistema respiratorio de objetos externos y otras infecciones. Si durante su desarrollo se produce alguna alteración debido a otras complicaciones, puede llegar a suponer la intervención quirúrgica para su extirpación.

El aumento de las vegetaciones por encima de lo normal en los niños puede deberse a muchas causas, desde genéticas a infecciones producidas por algún resfriado.

Ronquidos y apnea del sueño son algunos síntomas de las vegetaciones en niñosRonquidos y apnea del sueño son algunos síntomas de las vegetaciones en niños

Síntomas de las vegetaciones en los niños

Cuando las vegetaciones sufren una alteración y su tamaño se ve afectando, aumentando en grandes proporciones, los niños pueden llegar a tener unos síntomas que hay que observar con detenimiento para un buen diagnóstico. Los síntomas más frecuentes son:

- Respiración por la boca en lugar de por la nariz. Es el más común, ya que con el aumento de tamaño de las vegetaciones, las vías respiratorias de la nariz se quedan obstruidas, no dejando pasar el aire. Por ello, la inercia natural del niño será respirar por la boca.

- Catarros de repetición que nunca llegan a curarse por completo, debido a las infecciones.

- Otitis, es decir, infección de oído, al estar comunicadas las vías respiratorias de la nariz y la garganta donde se encuentran las vegetaciones con las trompas de Eustaquio.

- Ronquido nocturno e incluso apnea por la noche, donde el niño puede dejar de respirar durante un periodo de unos 10 segundos, o por el contrario tener unos ronquidos muy acentuados. Esto además provoca que durante el día, los pequeños estén muy cansados y bajos de energía debido a que no han podido descansar bien durante la noche.

Diagnóstico y tratamiento

Para el correcto diagnóstico de las vegetaciones, los otorrinolaringólos, especialistas en este área, podrán llevar a cabo dos vías de observación. La primera de ellas es un correcto visionado de la zona a través de una exploración con endoscopia nasal o fibroscopia.

Se habla de vegetaciones cuando los niños tienen esta estructura demasiado desarrolladaSe habla de vegetaciones cuando los niños tienen esta estructura demasiado desarrollad

Si con la observación no es suficiente, se realizará una radiografía lateral del cuello para observar el tamaño de las vegetaciones, y decidir si es necesario un tipo de tratamiento u otro, o si es necesaria la intervención.

En un primer momento, el tratamiento médico a seguir es el suministro de algunos medicamentos, como son los lavados nasales con suero fisiológico o la suministración de antihistamínicos, antiinflamatorios o antibióticos.

En los casos más graves, donde el tamaño de las vegetaciones está afectando a otras zonas como la garganta o el oído y el niño presenta síntomas de catarros de repetición, se llevará a cabo una intervención quirúrgica para extirparlas. Junto a la extirpación de las vegetaciones se recomienda extirpar también las amígdalas, ya que las dos glándulas van unidas y la infección de una supone también la infección de la otra. Es una intervención ambulatoria por lo que no necesita ingreso en el hospital y que dura no más de 1 minutos. Si bien es cierto que después el pequeño pasará un rato en observación para comprobar que todo ha salido correcto y que no hay un sangrado excesivo que haya podido derivar en otro problema. Lo ideal es que las intervenciones se realicen en pequeños de 2 años de edad, donde estos tejidos ya están desarrollados pero aún son lo sufiencientemente pequeños para no tener problemas derivados.

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