Nunca debemos olvidar que los niños superdotados siguen siendo niñosCuando se habla de un niño superdotado lo primero que pensamos es la suerte que va a tener esa persona en la vida, que sacará unas notas buenísimas y que fácilmente podrá acceder a la universidad y a un buen puesto de trabajo. Desgraciadamente esto no tiene porque ser así. Es más, la mitad de los niños superdotados no sacan buenas notas en el colegio, se aburren y se desmotivan, lo pasan muy mal en el colegio porque no les supone ningún reto. Por eso es importante detectar a tiempo las altas capacidades y poder atender a tiempo las necesidades de los pequeños.
La mayor parte de la población tiene un cociente intelectual (CI) entre 80 y 120 puntos. Según la OMS una persona con superdotación es aquella que tiene un cociente intelectual (CI) superior a 130, que son apenas un 2% de la población.
Pero, pese a las ideas que tengamos sobre los niños superdotados o de altas capacidades, conocer los problemas que sufren con más frecuencia nos ayudará a entender la realidad de estos niños:
1. Desinterés por el colegio
Imagina que tienes que estar todos los días 5 horas en un sitio en el que tienes la sensación que no encajas, que no te supone ningún reto y que encima no aprendes nada. Seguramente tendrás la sensación de que estás perdiendo el tiempo y te frustrarás. Es más, hay trabajos que son muy fáciles y rutinarios donde los empleados se acaban desmotivando y perdiendo los nervios, algo así ocurre con estos niños, se sienten incluso peor porque a ellos ni siquiera les pagan.
2. Desconocimiento de los padres y profesores
Muchos padres sospechan que sus hijos son diferentes al resto, que tienen cosas que son inusuales en otros niños de igual edad. El problema es cuando hay padres que por los motivos que sean no son lo suficientemente sensibles y piensas que el niño es solo curioso y no se plantean la alternativa de las altas capacidades.
Por otro lado muchos profesores tienen lagunas en este área y suelen confundir la desmotivación y despiste de los superdotados con vagancia, rebeldía o déficit de atención.
Estos niños sufren porque no encajan con sus compañeros3. No encajan con los compañeros
Tienen dificultades en las habilidades sociales y suelen aislarse socialmente. Es debido a que generalmente se sienten incomprendidos, porque no tienen cosas en común con otros niños, que no les divierte las mismas cosas ni tienen los mismos intereses. Por un lado se aburrirán con los demás niños y por otro también resultarán aburridos para sus compañeros porque lo tacharán de "empollón" o de "rarito". Ese es uno de los motivos por los que prefieren jugar con chicos de cursos mayores.
Los padres tienen que intentar que sus hijos se sigan relacionando con otros de su misma edad, si veis que es imposible con los compañeros de clase ponedle en contacto con otros niños de características parecidas. Hay asociaciones de altas capacidades que asesoran y ayudan a las familias, también ponen en contacto y hacen actividades para niños, para que puedan relacionarse con otros, compartir temas comunes y su incansable necesidad de aprender, por lo que no les tacharán de "raros".
4. Autoestima baja
El autoestima es el concepto que tenemos de nosotros mismos, puede ser bueno o malo, dependiendo de las experiencias que hayamos tenido con los demás. Por eso, dependiendo de las vivencias del niño tendrá una autoestima aceptable o no. Los superdotados que desde pequeños han tenido una buena adaptación y se han sabido potenciar adecuadamente sus capacidad van a tener una autoestima positiva.
Desgraciadamente, que ocurra esto último es inusual. Hay muchos casos de niños que no tienen un diagnóstico o que cuando por fin se les da uno tienen más de 7 o 8 años de edad y ya se han enfrentado a problemas educativos y sociales. El problema puede agravarse cuando llegan a la adolescencia sin tener un diagnóstico claro. Si la falta de comprensión se mantiene hay niños que pueden llegar a desarrollar depresión e incluso intentos de suicidio.
Un niño con altas capacidades a menudo siente que "no encaja" con otros niños y desde un principio se sienten distintos, como que hay algo que no "funciona" dentro de ellos. Se dan cuenta de que el resto les trata diferente. A menudo se burlan de ellos, de su forma de hablar, de comportarse, o incluso pueden pensar que su aislamiento es prepotencia. Lo mismo ocurre en adultos con altas capacidades.
5. El problema de las medidas escolares
En España hay muchos problemas a la hora de tratar con estos chicos. En otros países la medida más utilizada y la que parece más lógica es la aceleración, es decir, adelantar al chico con altas capacidades uno o dos cursos. En España no tienen problemas en que un niño repita pero ponen muchas pegas a adelantar cursos. Algunos educadores que defienden este punto de vista afirman que al no tener la madurez emocional que el resto de sus compañeros no se integran completamente y pueden sufrir marginación, que la educación tiene que ser integral y no fijarse solo en la parte intelectual.
Sin embargo aunque hay otras alternativas a la aceleración, no suelen ser suficientes. Por ejemplo, la alternativa más usada en España para altas capacidades es el enriquecimiento, se trata de un par de horas a la semana donde el colegio se encarga de dar refuerzo al niño. Les enseñan técnicas de investigación y los pequeños pueden relacionarse con otros chicos parecidos a ellos. Otra alternativa son las adaptaciones curriculares pero desgraciadamente el profesorado muchas veces no tiene la formación ni el tiempo necesario para desarrollar eficientemente esta medida, hay que ser realistas, es un solo docente para una clase con niños de todo tipo.
Los niños de altas capacidades pierden el interés por la escuela6. No dejan de ser niños
Su capacidad de razonamiento es superior a la de otros niños de su edad, seguramente estén mentalmente 2 o 3 años por encima de sus compañeros, es decir, un niño de 7 años puede estar mentalmente a la altura de uno de 10. Disfrutan jugando con niños mayores y conversando con adultos, llegando a tener conversaciones muy interesantes. Sin embargo, no debemos confundirnos porque al fin y al cabo siguen siendo niños y aunque intelectualmente son superiores la parte de emocional (la manera en como gestionamos las emociones) no tiene porque venir acompañada. Al contrario, es muy fácil hacerles daño porque creemos que son más duros de lo que realmente son.
Finalmente, si tienes la más mínima sospecha de que tu hijo puede tener altas capacidades no lo dudes y pide una evaluación en el colegio o ve a un centro especializado, merece la pena potenciar las capacidades de nuestro hijo cuanto más temprano mejor, para evitarle problemas de adaptación educativa, emocional y social.