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La polémica del tráiler de 'Nunca apagues la luz' y el miedo en los niños, ¿qué podemos hacer los padres?
La polémica del tráiler de 'Nunca apagues la luz' y el miedo en los niños, ¿qué podemos hacer los padres?

MIEDOS

La polémica del tráiler de 'Nunca apagues la luz' y el miedo en los niños, ¿qué podemos hacer los padres?

Muchos padres y madres han apoyado públicamente la queja de una mujer que pedía que no se emitiera el tráiler de 'Nunca apagues la luz', pues ha hacho que su hija no duerma bien por las noches.

Esta semana se hacía popular una petición por parte de una madre en internet que se quejaba de que el tráiler de una película de terror que se había emitido en televisión había asustado de manera preocupante a su hija de 3 años. La película es 'Nunca apagues la luz'. La madre pedía a la cadena Antena 3 que, ya que claramente no iban a quitar el tráiler de la película de la emisión, avisaran de la edad recomendada para verlo antes emitirlos durante el espacio publicitario y que así fueran los padres los que decidieran si sus hijos podrían verlo o no. Lo que ocurrió es que, al cogerlas por sorpresa, la niña vio este extracto de la película y ahora siente mucho miedo al estar sola en diferentes lugares de su casa, y que por la noche empeora esa sensación.

Muchos padres se han unido a la queja de que estos contenidos afectan a sus hijos, y tienen miedo a que les traumatice. Desde Bekia Padres nos preguntamos: ¿qué les puede ocurrir a nuestros hijos por ver contenidos de terror y qué podemos hacer?

¿Por qué los niños tienen miedo?

Los niños tienen miedo a la oscuridad porque los adultos se lo transmitimos de alguna manera. Simplemente por el hecho de que a oscuras no sabes qué esperar, por ejemplo, tropezarse con un mueble, hace que la rechacemos. Pero ese miedo a los monstruos, los fantasmas o el hombre del saco, los aprenden de lo que ven en la televisión o en las reacciones de los adultos. Eso, y que tampoco se les transmite que la oscuridad es igual de segura que la luz (exceptuando la cuestión de tropezarse con el mueble). Es lo que se llama aprendizaje vicario: aprender por el ejemplo. Esos temores, si no les hacemos frente, se mantienen en la adultez y se vuelven a transmitir a los niños. Y un factor muy importante para que se alimenten es, cómo no, otros niños. Puede que en la escuela oigan historias de que por la noche su compañero oyó ruidos y se asustó, o que vio una sombra o a un fantasma, y nuestros hijos e hijas es fácil que se lo crean, porque esos niños tampoco tienen por qué estar mintiendo: si creen que lo han visto, lo han visto.

Nunca apagues la luz ha hecho que muchos padres y madres se quejenNunca apagues la luz ha hecho que muchos padres y madres se quejen

Así que las películas de miedo, aunque sepamos que sean ficción y se lo digamos a los niños, muestran escenas con una carga emocional muy fuerte (el miedo, una emoción primaria), porque lo que buscan es impactar: causar ese miedo que te hace saltar de la silla. Y si los adultos nos asustamos, aunque sepamos que es mentira, a los niños les pasa lo mismo. De noche recordarán esa escena porque les ha impactado y entonces se fijan mucho más en señales que es normal que veamos a esas horas del día: una sombra de un coche que pasa debajo de nuestra ventana, un mueble que cruje, un vecino que da un golpe... etc. Son sonidos que durante todo el día están en nuestro hogar, pero de noche, con el silencio y la falta de estímulos que nos distraigan, se hacen más evidentes.

Así que los miedos en los niños y niñas vienen de su interacción con el mundo (adultos, otros niños, la televisión, los estímulos de alrededor, etc.), y con ese mismo mecanismo se pueden ir. Normalmente los adultos que recuerdan haber tenido miedo de niños a la oscuridad u otras situaciones similares, se han ido acostumbrando poco a poco a lidiar con ella. A medida que pasaban las noches veían que no había monstruos ni fantasmas, s e han ido olvidando de ello y han aprendido a dormir tranquilamente. Sin embargo, depende de cómo lo interpreten. Quizá un día han visto una sombra y se han obsesionado con ella, ahí necesitarán quizás ayuda externa y que se les enseñen unas pautas para ir afrontando la situación.

¿Qué podemos hacer los padres?

Lo mejor que podemos hacer los padres para combatir esa situación es ir poco a poco acostumbrándoles a la oscuridad. Un truco infalible es jugar en la oscuridad con ellos. Si están en medio de una época de mucho temor, podemos echarnos con ellos en la cama y hablar sobre cosas divertidas y graciosas, o jugar a las adivinanzas o a las sombras chinescas. También podemos inventarnos trucos para "espantar" el miedo. Es mejor intentar ahuyentar la emoción que a los propios monstruos, porque lo que queremos es que no crea en ellos, aunque si es necesario, podemos recurrir a pequeños ritos o frases que echen a las "criaturas". Hay padres que recurren a la religión, también podemos convertirlo en un juego. Piensa en una frase con rima y dile que las repita 3 veces. Pero debemos asegurarnos de que no sea una conducta que repitan toda su vida, así que si una noche consiguen dormir sin decir las palabras mágicas, alabaremos su valentía para ir poco a poco eliminando esa necesidad.

Enseña a tus hijos a disfrutar de la oscuridadEnseña a tus hijos a disfrutar de la oscuridad

Si no tienen mucho miedo, o han ido avanzando, podemos aprovechar en épocas de verano para organizar actividades nocturnas, por ejemplo una acampada, o ir a nuestro pueblo y estar un rato en la calle de noche, etc. O incluso organizar una gran partida de escondite de noche por casa.

Lo que sí está bien que hagamos es evitar es que de niños vean esas películas o esas escenas. Es fácil provocar que los temores vuelvan sólo por ver una película. No es que los niños sean especialmente impresionables, es que son películas creadas para generar una reacción emotiva de miedo muy fuerte, y hay adultos que también reviven su miedo a la oscuridad por culpa de ellas. Así que si crees que los tráilers en la televisión están perjudicando a tu hijo o hija, tienes todo el derecho a pedir que se pongan en otra franja y se avise de la edad recomendada.

Ten cuidado con los temores que transmites a tus hijos o hijas

Lo que debemos intentar es prevenir esos miedo desde que nuestros hijos e hijas son bien pequeñitos. Así, podemos contarles (o inventarnos) cuentos que se desarrollen de noche o en la oscuridad para que no sólo se asocie el día y la luz con lo positivo. Jugaremos de noche con ellos de vez en cuando para que vayan aprendiendo a tener emociones agradables en ese entorno y, sobre todo, debemos de tener mucho cuidado con los miedos que les transmitimos. Una pequeña conducta de la que ni nos fijamos, como ir dando la luz cada vez que entran en una habitación, o decir "uh, qué miedo" de noche, para los niños tienen una gran influencia.

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