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El parto en el agua
El parto en el agua

MÉTODOS

El parto en el agua

¿Estás embarazada o quieres estarlo y te has planteado el parto en el agua? Conoce esta práctica de alumbramiento cada vez más extendida.

El parto en el agua: cada vez más comúnEl parto en el agua: cada vez más común

Se trata de una alternativa al parto natural que más interés ha despertado en las mujeres embarazadas, en los últimos años. La última en optar por ella, ha sido la cantante Raquel del Rosario, que tuvo a su primer hijo mediante esta técnica de la cual habla muy positivamente. Las mujeres que han experimentado este tipo de parto refieren que el contacto con el agua es relajante y disminuye las tensiones del trabajo de parto, lo describen como una "epidural" natural.

Realizado correctamente y con las precauciones necesarias, el parto en el agua tiene muchos beneficios, tales como la reducción del número de desgarres y episiotomías, y un demostrado efecto relajante, pero esta práctica no está exenta de riesgos, y por ello está solamente indicado en casos de bajo riesgo. El parto en el agua necesita siempre de la supervisión de un especialista, matrona o ginecólogo, para prevenir complicaciones.

Cómo se desarrolla el parto en el agua

La prioridad de este tipo de parto es siempre la seguridad y salud de la madre y el bebé. La temperatura del agua debe estar a 37 grados (temperatura del cuerpo humano), de este modo disminuye la producción de adrenalina, relaja los músculo durante el parto y favorece la dilatación. Para entrar en la "bañera", es necesario esperar a que la dilatación sea activa y el cuello del útero hay alcanzado una dilatación de entre tres y cinco centímetros. En caso de la que la madre se sumerge antes de tiempo, existe el riesgo de que las contracciones se ralenticen.

El método en el agua tiene ventajas para la madre

En qué casos se puede llevar a cabo

Algunos centros de salud pública, así como en otros privados, ya ofrecen bañeras especiales para la realización de partos con este método. Dada las múltiples ventajas que ofrece, el parto en el agua está indicado para casi todas las mujeres que han tenido un embarazo normal, en mujeres que hayan tenido antes partos prolongados, en primerizas de edad avanzada y en aquellas madres en las que se prevé una dilatación larga.

 ¿Puedo utilizarlo en mi embarazo? ¿Puedo utilizarlo en mi embarazo?

No está indicado especialmente en mujeres con contracciones ineficaces o que no progresan. Sin embargo, el criterio de exclusión más importante es aquel que afecte al bienestar del bebé, como en el caso de que se necesite monitorización cardiotocográfica o en caso de sufrimiento fetal, por ejemplo. Tampoco es recomendable dar a luz en el agua en caso de embarazo gemelar, podálico o prematuro. Por otro lado, no es contraindicación absoluta que la mujer haya tenido una cesárea previa

Ventajas y aspectos positivos

Los nacimientos bajo el agua ocasionan menos desgarres en el periné y menor número de episiotomías, debido a que la piel y los tejidos se estiran con más facilidad en el agua. Además, el agua tiene un efecto relajante y alivia el dolor de la futura madre. Esto reduce la necesidad de medicamentos y anestesia. Al estar relajada, también es más fácil controlar la respiración. Otra ventaja es que el agua favorece el movimiento, la mujer se siente menos pesada, por lo que le es más fácil moverse y cambiar de posición. El parto en el agua ayuda a que la postura de la mamá sea más fisiológica y natural.

El agua tibia facilitará que el bebé nazca

En el caso del bebé, el agua tibia es un ambiente similar al que le albergó durante los últimos nueve meses; por lo que en teoría, esto facilita su transición hacia el mundo exterior, si finalmente se decide completar el expulsivo en el agua; pues otra de las grandes ventajas de este método, es que permite que la madre decida cuales de las fases del parto desea realizar bajo el agua y cuando desea salirse, pues no es necesario completar todo el alumbramiento en el agua, se puede optar por realizar solo la fase de dilatación. La madre toma el control en todo momento de la situación, decidiendo sobre su parto y cómo quiere llevarlo a cabo.

¿Cuáles son las ventajas de tener un parto en el agua? ¿Cuáles son las ventajas de tener un parto en el agua?

Riesgos y desventajas

Los riesgos y complicaciones en un parto en el agua son escasos y poco frecuentes, sin embargo hay aspectos que se deben tener en cuenta. Existe riesgo de que el bebé inhale agua, ya que puede intentar respirar cuando aún está en el agua. El riesgo de que esto suceda es bajo, pues los reflejos del bebé hacen que respire cuando entra en contacto con en el aire, pero existe la posibilidad de que ocurra. También existe riesgo de infección y posibilidad de rotura del cordón umbilical.

Otro de los problemas de este tipo de partos, es la dificultad para monitorizar al feto. La mayoría de instrumentos utilizados para monitorizar al bebé no son impermeables. Para verificar el bienestar del niño a lo largo durante el parto es probable que la madre deba salir de la bañera o piscina. Esto puede resolverse si se dispone de monitores Doppler para uso bajo el agua. El agua, como ya hemos mencionado, puede desencadenar la desaceleración del trabajo del parto. Si la madre entra en el agua muy pronto puede relajarse demasiado y hacer que el proceso de parto se ralentice. Para evitarlo, se debe esperar a que la madre haya dilatado al menos cinco centímetros.

¿Corren el bebé o la madre más peligro que en un parto tradicional?

El parto en el agua presenta un mayor riesgo de infección maternal y neonatal, sobre todo si ha habido rotura de membranas, dificultades en la termorregulación neonatal, o ruptura del cordón al sacar al bebé de debajo del agua. También puede desencadenarse dificultad respiratoria, hiponatremia por aspiración de agua, convulsiones y asfixia neonatal.

Los principales problemas descritos de este tipo de alumbramientos son en el caso del bebé. Por ello, recomiendan utilizar el parto en el agua, y beneficiarse de los efectos calmantes que tienen sobre los dolores del parto, y una vez llegada la fase de expulsión, salir de la bañera y alumbrar al bebé en "ambiente seco".

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