El ojo vago es el problema visual más común en los niños menores de 9 añosLa ambliopía es la disminución de la capacidad que el ojo humano tiene para discernir los detalles de los objetos; lo que se conoce, en términos llanos, como pérdida de la agudeza visual u ojo vago. Esta afección constituye el problema de visión más común en los niños, sobre todo en los menores de 9 años, en los que el sentido de la vista aún se encuentra en proceso de desarrollo.
Es un problema muy común en menos de 9 años
Revisiones periódicas
Si tienes la sospecha de que tu hijo padece problemas de visión, es necesario que acudas a un médico para que evalúe la patología y realice un plan de tratamiento. Pero debes tener en cuenta la importancia de los controles periódicos y rutinarios, ya que es posible que el niño no manfieste signos externos de la enfermedad, ya que él está acostumbrado a ver así desde recién nacido, por lo que no percibe la diferencia entre la visión idónea y la que él tiene. Una señal que puede advertirte de la existencia de la ambliopía es que veas que el ojo del niño se voltea, o que muestra una desviación.
Las revisiones periódicas son fundamentalesOtras pistas que pueden llevarte a sospechar que el niño padece una afección ocular es que se acerque demasiado la hoja a los ojos para escribir o dibujar; que cierre los ojos continuamente o que entorne los párpados con frecuencia; que se frote mucho los ojos o tuerza la cabeza para acomodar mejor la vista; que le piquen los ojos, y los tenga continuamente enrojecidos o llorosos; que sufra habitualmente dolores de cabeza; que le cueste adaptarse a la oscuridad o le moleste el sol en exceso...
Elevados índices de curación
El diagnóstico no requiere exámenes complejos ni especializados, de manera que basta con una revisión rutinaria de los ojos.
Las revisiones periódicas son fundamentales
El parche, un remedio común
Como en todas las patologías, el tratamiento depende de la causa concreta que está provocando la ambliopía. Resulta común, por ejemplo, que los niños que tienen un ojo perezoso requieran el uso de lentes de contacto, que ayudan a que los dos ojos enfoquen conjuntamente el objeto que miran. Otro remedio puede consistir en las gotas oftálmicas, cuyo fin principal radica en nublar, o mitigar, la visión del ojo normal para obligar al otro a trabajar con más ahínco.
Hay que tratar el problema como algo normalPero, sin duda, lo que más nos suena a todos es el empleo del parche, más antiestético pero efectivo, pues obliga al esfuerzo del ojo vago ya que bloquea totalmente la visión del dominante. Esto es lo que se denomina oclusión ocular, y en muchas ocasiones se acompaña de ejercicios para potenciar la destreza visual. En este caso, hay que procurar que el pequeño no se sienta cohibido por el uso del parche, para lo que existen algunos con dibujos infantiles que pueden trocar la enfermedad en juego. En cualquier caso, la intensidad y la duración del tratamiento debe ser evaluada y controlada por el facultativo.
El parche es la solución más efectiva aunque antiestética
Actuar con tranquilidad
Pero algo has de tener claro: no hay que alarmarse. Basta con observar al niño en su día a día y seguir las revisiones médicas rutinarias, suficientes para el diagnóstico de la ambliopía. Y no te olvides de lo más importante: en la mayoría de los casos, el ojo vago tiene cura, por lo que es recomendable tratar el asunto con normalidad, para que el niño no se asuste ni se sienta intimidado por la situación ni por el tratamiento, de manera que siga las pautas marcadas por el médico para recuperar la salud de sus ojos.