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8 medidas para prevenir la meningitis en niños
8 medidas para prevenir la meningitis en niños

PREVENCIÓN

8 medidas para prevenir la meningitis en niños

La meningitis es una infección que puede tener consecuencias muy graves en los niños, e incluso provocar la muerte, por eso es muy importante mantenernos alerta y precavidos.

La meningitis es una de las enfermedades que más han preocupado a los padres porque no detectarla a tiempo puede tener un trágico desenlace. Se trata de una inflamación de las meninges, membranas que protegen el cerebro y la médula espinal. Se produce por la migración de virus desde otras partes del cuerpo, procedentes de otro tipo de infección que haya podido tener el niño antes. Esta enfermedad es más frecuente en niños, apareciendo en ellos en un 80% de los casos. Si no se para a tiempo puede producir duras secuelas o incluso dar lugar a la muerte del pequeño.

¿Por qué se produce la meningitis?

Las meninges son tres membranas que rodean al cerebro con la función de evitar todo tipo de microorganismos que quisiesen acceder a él, también forman el líquido cefalorraquídeo, con igual función. A veces, una infección en otra zona del cuerpo, como un corte grave o lesión, más frecuentemente en la cara. También puede producirse como consecuencia del contagio con otro niño. Los virus pueden migrar o abrirse paso desde la faringe, pasando después a la sangre y llegando al líquido cefalorraquídeo o membranas por el torrente sanguíneo.

Como es más frecuente en niños pequeños os dejamos con una serie de medidas de prevención.

1. Da el pecho si puedes

Puedes proteger a tu hijo de la meningitis desde el primer momento. Los niños que son amamantados de bebés tienen menos probabilidades de padecer infecciones en un futuro porque a través de la leche materna la madre provee de los primeros anticuerpos a sus hijos, su sistema inmune estará fortalecido desde el primer momento.

Mantén la casa ventilada para evitar la transmisión de enfermedadesMantén la casa ventilada para evitar la transmisión de enfermedades

2. Asegúrate de que reciba todas las vacunas

Antes la medicina no estaba tan avanzada y la meningitis era más frecuente, sin embargo, ahora gracias a las vacunas su prevención es sencilla. Existen varios tipos de vacunas dependiendo del tipo de virus que produzca la meningitis (pueden ser varios). Al nacer, se facilita al niño un calendario de vacunación gratuito, en él están incluidas las vacunas contra los virus Haemphilus influenzae tipo B, el Neumococo y el Meningococo C. Sin embargo, a pesar de que el niño esté vacunado puede enfermar igualmente si la meningitis está producida por otro tipo de virus distintos a estos. Por ejemplo, el Meningocco B es un tipo de virus para el que no hay una vacuna gratuita pero que también produce la meningitis. En España la vacuna contra él no la cubre la seguridad social por lo que si quieres que tu hijo esté protegido contra este virus específico tendrás que pagarla.

3. Controlar la higiene

En casa es fundamental que se laven bien los utensilios de cocina o cualquier cosa que esté frecuentemente en contacto con nuestro hijo como juguetes. Si es un poco más mayor podemos explicarle la importancia de lavarse las manos antes de comer o tocarse la cara para evitar un contagio. Desgraciadamente, no podemos controlar todo lo que ocurre en otros lugares en los que nosotros no estamos pero nuestro hijo si (guarderías, colegio...), en estos sitios las probabilidades de contagio aumentan porque está en contacto directo con otros niños. La idea es que en estos lugares no se compartan los vasos, toallas, cubiertos, chupetes o cualquier cosa que se pueda llevar a la boca. A partir de que los niños ya vayan al colegio puedes hablar con ellos y explicarles las medidas básicas de prevención. Así para evitar un contagio hay que lavarse las manos antes de comer, después de jugar con la mascota de la casa, no compartir el vaso con otros niños, taparte la nariz con un pañuelo si vas a estornudar, etc. Sin embargo, no debes alarmar al niño, a estas edades son muy influenciables y puedes asustarles y crearle manías, tampoco queremos que se obsesione con el tema.

4. Mantén la casa bien ventilada

Los ambientes hacinados y calurosos son el caldo de cultivo perfecto para la transmisión de enfermedades. Sobre todo en verano evita que los niños estén mucho tiempo en espacios calurosos con poca ventilación.

5. Evita los besos al saludar

Una de las principales vías de contagio es a través de mucosas como la saliva o mocos. Por eso, aunque es una bonita costumbre lo cierto es que los niños son vulnerables a este tipo de saludo y un contagio es más fácil que para los adultos. Nosotros tenemos un sistema inmune más desarrollado porque nos hemos enfrentado a más cantidad de virus a lo largo de nuestra vida, por lo tanto es más difícil sufrir un contagio. Sin embargo, los niños pequeños aun tienen su sistema sin desarrollar por lo que es mejor prevenir que curar.

Es muy importante que nuestros hijos estén vacunados contra la meningitisEs muy importante que nuestros hijos estén vacunados contra la meningitis

6. Sigue una buena alimentación

Una dieta equilibrada ayuda a prevenir todo tipo de enfermedades pero en especial las infecciones. Asegúrate de que en casa coméis todo tipo de alimentos, carnes blancas, legumbres, frutas y verduras... La bollería industrial, carnes demasiado grasas y en general todo tipo de alimentos ultraprocesados son prescindibles y deben tomarse solo puntualmente.

7. El descanso es fundamental

Con el fin de fortalecer el sistema inmunológico también tenemos que procurar a los niños un descanso adecuando de al menos entre 8-10 horas diarias, aunque la cantidad dependerá de las necesidades fisiológicas del pequeño según su edad y otros factores. Lo importante no es tanto el tiempo si no que tú notes que está descansado durante el día.

8. Responde ante los primeros síntomas

Es necesario que aprendas a identificar rápidamente los primeros síntomas de una meningitis con el objetivo se tratarla a tiempo. Es muy fácil de confundir con un resfriado común porque los primeros síntomas son similares, sin embargo, si no se detecta a tiempo puede producirse una sepsis, es decir, la diseminación de la enfermedad. Los primeros síntomas son el dolor de cabeza y la fiebre, no es preocupante en principio, eso si, si vienen acompañados de rigidez en la nuca, erupción petequial (manchitas violáceas en la piel como consecuencia de los vasos sanguíneos que se rompen) y vómitos acude rápidamente al médico. Desgraciadamente estos síntomas no aparecen hasta pasados al menos 15 horas, pero si sospechas que tu hijo pudo haber estado en contacto con otros niños que pasaron por esa enfermedad no lo dudes y sal de dudas.

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