Menú
Lactancia e intolerancia a la lactosa
Lactancia e intolerancia a la lactosa

SALUD DEL BEBÉ

Lactancia e intolerancia a la lactosa

Te contamos todo sobre la intolerancia a la lactosa en bebés lactantes, y qué hacer en caso de que le estemos dando el pecho.

La intolerancia a la lactosa es una patología que es cada vez más común entre nosotros, aunque también hay que decir que en muchas ocasiones se diagnostican casos de intolerancia a la lactosa cuando no son. Las personas que presentan esta patología no pueden tomar ningún alimento que contenga lactosa, ya que su organismo no es capaz de segregar lactasa, que es la hormona que se encarga de digerir la lactosa. Al no poder digerirla, lo que pasa es que esta se fermenta en el intestino delgado produciendo una serie de síntomas.

Estos síntomas son solo gastrointestinales, como por ejemplo distensión abdominal, cólicos, gases, diarreas... aunque en los casos más graves pueden tener consecuencias más complicadas. Aquellas personas que padecen intolerancia a la lactosa, comienzan a presentar sus síntomas desde los 30 minutos hasta las 2 horas después de haber consumido un alimento con lactosa.

Cada vez son más los niños que sufren intolerancia a la lactosa, pero lo que puede llegar a ser más preocupante es que cada vez son más los bebés que la padecen, y es en esta situación cuando a muchos padres les surge la duda de si un bebé intolerante a la lactosa puede seguir siendo amamantado por la leche de su madre.

Normalmente esta intolerancia es temporalNormalmente esta intolerancia es temporal

Lactancia e intolerancia a la lactosa en bebés

Existe un tipo de intolerancia a la lactosa que es hereditaria y es en este caso cuando esta patología afecta a los bebés. Aunque esta situación es bastante rara, los bebés que presentan intolerancia a la lactosa es debido a diferentes motivos que el hereditario. El primero de ellos es por tener algún daño en el intestino debido a la toma de algún medicamento que le haya fastidiado la flora bacteriana. Por otro lado, puede tratarse de un caso de inmadurez del intestino debido a que el bebé sea prematuro o su aparato digestivo esté madurando de forma más lenta. Si se da alguno de estos dos casos, la intolerancia a la lactosa se da de forma temporal, no es para el resto de sus vidas.

Cuando a un bebé en etapa de lactancia se le diagnostica un cuando de intolerancia a la lactosa, lo primero que se suele hacer es dejar de amamantarlo con la leche materna, ya que está compuesta por niveles muy altos de lactosa, de ahí su sabor tan dulce. Aunque los expertos, con el tiempo han descubierto que lo mejor no es cortar la lactancia al bebé. Al contrario de lo que pensamos, en la mayoría de los casos la intolerancia en bebés en época de lactancia es transitoria, por lo que una vez superada esta etapa el niño podrá consumir lactosa sin ningún problema.

Consulta siempre con el pediatraConsulta siempre con el pediatra

La lactancia natural

La naturaleza es sabia y sin duda alguna la leche materna es el mejor alimento que podemos darle a nuestro bebé en los primeros meses de vida, ya que es el único alimento que le va a proporcionar todos los nutrientes necesarios para él. En el caso que le dejemos de dar leche materna y recurramos a leches en polvo de origen animal o vegetal sin lactosa, nuestro bebé puede tener otras consecuencias peores, porque es un alimento que es desconocido para el organismo humano y, al tratarse de un bebé podría tener peores consecuencias.

Para ello, en el caso de que a nuestro bebé le diagnostiquen intolerancia a la lactosa por motivos de inmadurez intestinal o por la reacción a algún medicamento, lo mejor es seguir con el proceso de lactancia materna en nuestro bebé, ya que esa es la única forma de que su intestino y su estómago vayan sanando, gracias a todos los nutrientes que la leche materna posee.

Durante este periodo, cuidar la alimentación y el estilo de vida de la madre va a ser clave, ya que la leche materna muchas veces es de mejor calidad debido a los nutrientes que esta posee en e caso de que la madre tenga una alimentación y lleve un estilo de vida en su día a día saludable. Para ello, practicar deporte y llevar una dieta rica en frutas y verduras puede ser el secreto. Aún así, lo mejor siempre será acudir a tu médico especialista que será el que te recomiende lo mejor para tu caso en concreto.

Te puede interesar