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La hora de llegar a casa de tus hijos adolescentes ¿dónde poner el límite?
La hora de llegar a casa de tus hijos adolescentes ¿dónde poner el límite?

FINES DE SEMANA

La hora de llegar a casa de tus hijos adolescentes ¿dónde poner el límite?

La hora de llegar a casa es una gran disputa entre padres e hijos adolescentes, te ayudamos a decidir la adecuada.

A partir de los 13-14 años los adolescentes empezarán a demandar más libertad en muchos aspectos diferentes, desde elegir su propia ropa hasta la espinosa hora de llegada a casa. A esas edades el adolescente empieza a pasar más tiempo con los amigos y muchos padres ante esto no saben cómo actuar. Algunos son demasiado laxos y otros se pasan de estrictos. ¿Cómo ponemos el límite? Tenemos que buscar un equilibrio.

1. Fíjate en tu hijo o hija

¿Lo ves responsable? ¿Es autónomo? ¿Es lo suficientemente maduro para respetar el horario que le has puesto? ¿Colabora con las labores domésticas? ¿Es consecuente con sus actos? ¿Se preocupa por sus notas? No hay un horario exacto para cada edad. Más que la edad aquí lo importante es su madurez y responsabilidad. Es recomendable que él también lo sepa, así evitarás los típicos comentarios comparándose con sus amigos : "¡Es que a Fulanita la dejan hasta más tarde y es un año más pequeña que yo!". A tu hijo tiene que quedarle claro que la hora de llegada a casa no depende exclusivamente de su edad.

Para establecer un horario debemos de conocer cómo es nuestro hijo y sus amigosPara establecer un horario debemos de conocer cómo es nuestro hijo y sus amigos

No solo basta con el grado de madurez que tenga tu hijo, tienes que valorar sus amistad y el grado de confianza que te aportan. Si sabes que normalmente queda con chicos que conoce desde pequeño, que son una buena influencia y además van a estar por el barrio podemos ser más flexibles con la hora de llegada. Sin embargo, si nos dice poco de sus amistades o sospechamos que nos oculta la información es aconsejable limitarle el horario . Siempre puedes intentar negociar con él diciéndole que si tuvieses más información sobre sus amigos o sobre lo que van a hacer te quedarías más tranquilo y quizá en el futuro fueses más flexible respecto al horario. Es importante que lo dejes caer, sugiérelo pero no le interrogues, si no conseguiremos el efecto contrario.

También hay que tener en cuenta las características del barrio y el lugar por donde va a salir. ¿Sale al centro o el sitio está cerca de casa? ¿tiene que coger transporte? ¿el barrio donde vivís es peligroso por la noche? ¿viene acompañado a casa?

En las ocasiones especiales podemos dejarles unas horas másEn las ocasiones especiales podemos dejarles unas horas más

3. Una vez recopilada la información habla con él o ella

Recoge los datos y elabora una conclusión. Un día, cuando veas que está tranquilo, de buen humor y que ambos tenéis unos rato para hablar dirígete a él y dialoga. Dile la hora de llegada que habéis decidido ambos padres (hay que transmitir la imagen de que estáis en sintonía) y por qué la habéis escogido. Explicadle vuestros motivos de una forma tranquila, sin levantar la voz y sin sonar amenazante o demasiado autoritario. Seguramente intentará rebatiros. En esas situaciones déjale hablar, no le rechaces de primera mano, que se exprese. Dile que tienes en cuenta su punto de vista y que en base a su comportamiento, según vaya cumpliendo el horario irás valorándolo con vistas a aumentarlo, pero que de momento no puede ser posible.

Los siguientes horarios solo son una sugerencia.

- Entre 14-15 años entre las 21:00 y 21:30 pm.

- Entre 16 y 17 entre las 22:00 y 22:30 pm.

- A partir de los 18 sobre las 24:00.

Si es un día especial se puede ampliar el horario sobre 2 o 3 horas más, por ejemplo un cumpleaños, la fiesta de la ciudad, etc, pero tiene que quedar claro que solo ocurrirá en determinados momentos y que se va a ser muy estricto en este sentido (tampoco queremos que cada fin de semana se invente una fiesta o un cumpleaños para llegar tarde).

4. No seas demasiado estricto cuando pactes la hora de llegada

Cuando hables con tu hijo adolescente no puedes ser demasiado rígido. Nos encontramos ante una persona que ansía y necesita más libertad, es natural y está en su derecho a demandarla. Por eso no debemos negársela. Cuando somos demasiado estrictos con un adolescente pueden ocurrir dos cosas: el chico se vuelve más desobediente e irascible o el chico se vuelve tímido, retraído y con menos seguridad en sí mismo. Ninguna de las dos opciones es correcta. Al final la última palabra la tendréis vosotros pero es recomendable que en un pacto haya un acuerdo. Las dos partes tienen que salir mínimamente beneficiadas porque si no una de las dos acabará rompiéndolo tarde o temprano.

5. El horario a rajatabla

Si bien no es recomendable ser demasiado estricto al establecer la hora si tenemos que serlo con las consecuencias de sus actos. Es decir, si vuestro hijo tiene que llegar a las 22:00 y llega a las 22:20 no puede salir impune. Pondrá excusas que no sabremos si son ciertas o no. Escúchalas y si crees que realmente es sincero no seas duro con él. Dile con calma que ya no se puede hacer nada por arreglarlo y no vale la pena darle vueltas, que no le vas a castigar pero el próximo dia tendrá que venir 20 minutos antes a casa (ni uno más y ni uno menos). No es un castigo, solo una consecuencia acorde.

Lo ideal es no establecer estas normas discutiendo, sino hablando y dando razonesLo ideal es no establecer estas normas discutiendo, sino hablando y dando razones

¿Y si mi hijo siempre llega tarde? Seguramente ocurre porque hemos sido demasiado flexibles a la hora de poner consecuencias y lo hemos dejado pasar (para no discutir, por dejadez...). Habla con él de nuevo, recuérdale las consecuencias y vuelve a empezar de nuevo. Si aun así sigue llegando tarde, castígale sin salir el próximo día. Si hablamos de jóvenes que salen de noche, al día siguiente despiértale a la supuesta hora en la que tendría que despertarse normalmente, no le dejes dormir más. Será su problema si solo duerme 2 horas al día siguiente.

6. Controla a tu hijo pero sin excederte

Lo ideal es que cuando tu hijo vaya a salir sepas al menos las personas con las que va, adónde va ir, lo que gastará aproximadamente y lo que va a hacer. Si crees que tu hijo es sincero no le agobies con llamadas ni le interrogues nada más llegar. Pregúntale "qué tal" y no le insistas más si no te quiere contar nada. Si crees que te dice la verdad a medias tendrás que recopilar información de otras fuentes. Por ejemplo, si dice que va a dormir a casa de un amigo llama a los padres de él para comprobarlo. Si tu hija te dice que prefiere llegar una hora más tarde porque es cuando se marchan todas sus amigas y así no tiene que volver sola a casa haz lo mismo. Dile que le dejarás volver a esa hora después de haber hablado con los padres de sus amigas y comprobado que es verdad. Es muy común que los adolescentes utilicen esa estratagema para arañar unos minutos más. ¿Quién sabe si sus amigas no habrán dicho lo mismo a sus padres?

Finalmente, con el fin de que aprenda a valorar el dinero, lleva un control sobre el dinero que le das para que aprenda a responsabilizarse y racionarlo. ¡Mucha suerte y ánimo!

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