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La historia del conejo de Pascua
La historia del conejo de Pascua

SEMANA SANTA

La historia del conejo de Pascua

El conejo de Pascua es un personaje que en esta época, y ligado a la Semana Santa, deja huevos de colores por las casas, pero ¿cuál es la razón?

La multiculturalidad ha permitido que a la hora de disfrutar de cualquier fiesta y tradición no haya fronteras y buena muestra de ello es como en los últimos años hemos adaptado celebraciones de otros países, como es el caso de Halloween, San Patricio e, incluso Papá Noel. Conviven con festividades propias llegando al punto de complementarse, como es el caso de Pascua.

En España, hasta hace un tiempo, únicamente se celebraba la Semana Santa, unos días vinculados a las procesiones y el sentimiento de recogimiento y austeridad, pero poco a poco se ha dado paso a fiestas relacionadas con la primavera -en parte vinculadas a festejar que se había acabado el tiempo de restricciones determinado por la iglesia con motivo de la muerte de Cristo. Pero también hemos empezado a adaptar como propias algunas celebraciones de Pascua.

En este caso el hecho de que supongan un juego para los niños y fomenten el uso de determinados alimentos que a todos nos gustan, como son los huevos de Pascua, ha hecho que se haya abierto camino fácilmente en nuestro país. Todos conocemos al conejo de Pascua, pero a buen seguro que pocos conocéis cuál es la leyenda asociada a esta fiesta. ¿Quieres descubrirla?

En Semana Santa o Pascua es tradición comer conejos de chocolateEn Semana Santa o Pascua es tradición comer conejos de chocolate

Vinculado con la fertilidad

En realidad, la leyenda del conejo de Pascua es de antes de que existiera el cristianismo, aunque después acabara por relacionarse con la muerte de Jesucrito. Se remonta a los países anglosajones del norte de Europa. El conejo se relacionaba con la fertilidad y a la diosa Easter, a quien se dedicaba la fiesta que se celebraba con motivo de la llegada de la primavera.

Con el paso del tiempo los pasteleros empezaron a hacer figuras de chocolate para celebrar la fiesta y el conejo era una de sus creaciones preferidas, tanto que fue la que finalmente acabó imponiéndose. Presenta similitudes con la mona de Pascua que en Cataluña regalan a los niños pero que, al contrario que el conejo, destaca por hacerse en multitud de diseños, aunque es cierto que hasta hace un tiempo eran principalmente huevos de chocolate de diversos tamaños los que se creaban.

Relación con Jesucristo

La leyenda del conejo de Pascua no se quedó en una fiesta del chocolate, sino que hace tiempo que se llegó a vincular con lo que los cristianos celebran en Semana Santa, quizás en un intento de que ambas tradiciones convivieran sin enfrentamientos.

Se dice que cuando bajaron a Jesús de la cruz y lo metieron en el sepulcro en la cueva había un conejo que, asustado por la presencia de la gente, sus lloros y gritos de pena, permaneció oculto. Cuando se fueron el animal quedó encerrado con el cuerpo y se mostró curioso por saber quién sería esa persona tan venerada. Al día siguiente vio como el hombre se levantó, recogió la sábana en que lo habían envuelto y un ángel movió la piedra con la que habían tapiado la cueva y salió. Todo esto ante la estupefacción de un conejo que entendió que debía ser quien informara de lo que había ocurrido.

El conejo de Pascua deja huevos de colores para anunciar que Jesucristo ha resucitado</p><p>El conejo de Pascua deja huevos de colores para anunciar que Jesucristo ha resucitado

Los huevos de colores como mensaje

Así que él también salió de la cueva para informar que esa persona a la que tanto habían llorado ya no estaba muerta, había resucitado. Pero claro, ¿cómo va a decirlo un conejo si no puede hablar?

Parece ser que el animal de la leyenda no podía trasladar su mensaje de viva voz a los humanos, pero sí pintar huevos de colores que fue dejando en las casas y con los que informaba de que no tenían que estar tristes, sino alegres, porque Jesús había resucitado.

Búsqueda de huevos de colores

Desde entonces, cuenta la leyenda, que todos los años el conejo sale de la cueva para informar de que Jesús ha resucitado y lo hace dejando huevos de colores por doquier. De ahí que esto derivara en el juego de esconder huevos de chocolate el domingo de Pascua para que los niños los busquen.

Si este año organizas una de estas búsquedas, algo más habitual aún en países anglosajones que en España, o simplemente disfrutas de uno de estos deliciosos huevos de chocolate, sabrás a qué es debido.

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