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Mi hijo se pasa todo el día con el WhatsApp, ¿qué hago?
Mi hijo se pasa todo el día con el WhatsApp, ¿qué hago?

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Mi hijo se pasa todo el día con el WhatsApp, ¿qué hago?

Te damos una serie de consejos para poner límites al uso del móvil en tus hijos.

Jóvenes mirando el WhatsappDebemos poner límites, pero no prohibir esta red social

Actualmente los adolescentes tienen fácil accesibilidad a los smartphones, prácticamente todos tienen uno. Es difícil encontrar a un chico de 13-14 años que no tenga uno en su poder, y más raro aún encontrar un smartphone sin el WhatsApp instalado. Es una de las aplicaciones más utilizadas en el mundo con más de siete años de vida.

En realidad, esta aplicación no es nada del otro mundo, hay muchas otras aplicaciones parecidas que nos sirven para comunicarnos, es un nuevo tipo de ocio que se ha puesto de moda. ¿Por qué entonces tanto revuelo? Por su inmediatez, facilidad de uso y que es prácticamente gratuito. Es más, el dinero suele ser uno de los motivos que los niños dan a los padres para poder usar la aplicación, el dinero "que se van a ahorrar".

Lo que tenemos claro es que independientemente del programa que estemos utilizando cuando hablamos de móviles no podemos negar que la mayoría hacemos un uso desmedido de él, no solo el adolescente medio. Por ejemplo, solo tenemos que entrar en una cafetería o restaurante y contar cuantas personas están consultando el teléfono en la mesa aunque estén en compañía. Si los adultos ya lo hacemos, no podemos pedir a los adolescentes a comportarse de manera diferente.

¿Cuánto tiempo es demasiado?

Si nuestro hijo tiene móvil y una cierta edad, es normal que utilice el WhatsApp con sus amigos, la cuestión aquí es cuánto tiempo es el correcto y el uso que hace de él. Muchos adolescentes empiezan a cambiar su comportamiento con las altas tecnologías, y no a bien precisamente. Muchos descuidan los estudios o a las relaciones con la familia o amigos. También pueden adquirir malos hábitos como llevarse el móvil a dormir con ellos, con lo cuál se reducen las horas y la calidad del sueño, levantándose incluso para mirar un mensaje que les ha llegado a mitad de la noche. ¿Cuáles son las consecuencias? Agotamiento al día siguiente y falta de concentración.

WhatsappWhatsApp es una de las aplicaciones más utilizadas

Podemos pensar que la solución es quitarle los datos o la SIM al móvil, pero esto es contraproducente porque en cuanto recuperen el móvil con acceso volverán a las andadas. Hay que entender que el uso de las tecnologías está a la orden del día y prohibirles el WhatsApp solo atrasará lo inevitable. Por eso, más que retirar lo ideal es educar, ponerles unos límites. Al menos en casa y en el instituto. ¿Qué podemos hacer?

1. ¿A qué edad deberían empezar a usar el WhatsApp?

A partir de los 9-10 años seguramente empezarán con la cantinela de tener móvil propio o WhatsApp si ya disponen de uno. Algunos expertos recomiendan que sobre esas edad pueden empezar a utilizar el WhatsApp siempre y cuando sea bajo supervisión adulta. Sin embargo, cuando ya tienen 14 o 15 años es complicado que los chicos acepten escribir si los padres van a estar delante. Aquí hay que tener en cuenta la madurez del chico más que su edad.

2. La clave es la educación

Antes de permitirle utilizar el WhatsApp al adolescente ten una charla tranquila con él. Coméntale que hay muchas cosas que se desconecten sobre la privacidad del WhasApp. En las redes sociales como en el Facebook normalmente hay un apartado de privacidad donde te explican quienes pueden acceder a las fotos y mensajes que subes. Sin embargo, este aspecto no queda muy aclarado en el caso del WhatsApp, es una zona gris. Por eso tanto adolescentes como adultos tendríamos que hablar por el WhatsApp como si las conversaciones fuesen públicas, teniendo en cuenta que todas las fotos y audios que pasemos podrían ser escuchados por otras personas.

3. Normas para el uso del móvil

Los padres tienen que negociar con el adolescente unas normas para el uso del móvil y nunca imponérselas, es mejor que colaboren porque si no solo conseguiremos malas caras y que cojan el móvil con más ansia a la primera de cambio. Para ello puedes dejarle usar tranquilamente el móvil pero restringírselo en varios momentos del día, en los que no es necesario que lo lleven encima. Esos momentos son las horas de las comidas (que son para disfrutar en familia) el tiempo de estudio (si supuestamente el adolescente va a estudiar ¿para qué lo quiere?) y la hora de dormir.

En el caso del instituto queda a elección, hay padres que optan por pedirles que dejen el móvil en casa. Se tendrá que valorar en función de la madurez del niño.

Niño utilizando el móvilNo espíes a tus hijos o será contraproducente

4. Fomenta actividades y ocio alternativo

¿El adolescente está apuntado a algún equipo? No hay mejor forma de conseguir que se desenganche del móvil que un deporte en equipo. Con ello conseguiremos en primer lugar que haga una actividad incompatible al uso del móvil y a la vez se estará relacionando también con sus amigos pero esta vez de forma real. Hay que buscar un tipo de ocio que realmente enganche al adolescente y que le guste, para que esté motivado a hacerlo y se lo pase bien a la vez que "se olvida" un poco del móvil.

De la misma manera puedes dejarle más tiempo entre semana para estar con los amigos. Si en vez de salir un día a la semana de tarde le dejas salir dos o tres días tal vez el adolescente no tenga tanta necesidad de usar el WhatsApp ya que directamente se va a ver con sus amigos y hablará con ellos, al menos sabrás que mientras está con ellos no lo estará usando. Ahora que las vacaciones se acercan es idóneo fomentar el ocio entre ellos con otro tipo de actividades.

5. No lo espíes

Últimamente se han puesto de moda programas para espiar el WhatsApp de otras personas. Normalmente son aplicaciones que se instalan en otros dispositivos y permiten obtener las últimas conversaciones que la persona tuvo por ese móvil. Otras veces los padres simplemente optan por entrar en el móvil de sus hijos y si no tienen contraseña de bloqueo aprovechan para leer los mensajes. ¿No es hipócrita? Por un lado les decimos que los consediramos responsables para que tengan su propio móvil pero por otro les mostramos les espiamos las conversaciones porque no nos fiamos de ellos. ¿Cómo se sentirán si descubren que sus conversaciones han sido leídas por sus padres?

Si hacemos esto, el adolescente tardará mucho tiempo en perdonarlo (en el mejor de los casos). Aparte que la mayoría sospecharán si de repente ven instalado en su móvil aplicaciones nuevas (la mayoría de los adolescentes están más informados en tecnología que sus padres), enterarse e incluso usarlas en su propio beneficio. Por ejemplo para enviar mensajes falsos de algo que van a hacer por la tarde cuando en realidad van a hacer otra cosa. Si no les mostramos que confiamos en ellos tampoco nos sorprendamos si después nos mienten, ya que ellos tampoco confiarán en nosotros. Es lógico y natural.

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