El acoso escolar o bullying es un problema que sigue frecuentando en las instituciones educativas y hace que, aproximadamente el 20% de los alumnos (según la UNESCO), no sean felices ni tengan una vida escolar satisfactoria. Se produce en todos los lugares del mundo y en cualquier tipo de colegio, ya sea público o privado.
Para acabar con esta situación, se debe concienciar a los estudiantes desde sus primeros años de escolarización y también a sus familias para que sean educados desde casa desde el respeto y la tolerancia. En Bekia, te contamos un poco más acerca de esta situación y qué papel juegan los compañeros de clase ante la situación de bullying.
El acosador intenta imponer su poder sobre la otra personaEl acosador intenta imponer su poder sobre la otra persona
La víctima suele sufrir en silencio todos los abusos del acosador, y los compañeros de clase suelen ser cómplices pues, aunque no estén de parte del acosador, no hacen nada para proteger y defender a la víctima ni toman la iniciativa para hablar con un adulto y se pueda solucionar el problema, se mantienen al margen actuando como simples espectadores.
Los acosadores suelen seleccionar a víctimas que ellos mismos perciben como débiles y vulnerables, tímidos, inseguros y con la autoestima por los suelos. Cuando ejerce el acoso, se puede presentar de varios tipos, pues no sólo existe el acoso físico en el que una persona agrede a otra con golpes. Insultar, humillar delante de otras personas, difundir falsos rumores e incluso enviar mensajes amenazantes, es lo que se conoce como acoso verbal.
Cuando el acosador pretende originar miedo en la otra persona, le hace creer que es algo que no es e incluso la obliga a hacer cosas que no quiere hacer, se conoce como acoso psicológico. Y cuando el acosador hace todo lo posible para que la víctima esté sola, aislada y excluida, impidiendo que participe en actividades con los demás compañeros e ignorando su presencia, se conoce como acoso social.
El papel de los compañeros de clase
Como bien hemos mencionado anteriormente, el grupo de clase actúa como mero espectador de los hechos que están ocurriendo, así que en cierto modo están colaborando y permitiendo que dicho acoso siga en juego.
Las causas ante esta permisión pueden ser varias: puede ser por miedo a ser el próximo acosado o a quedarse solo, por la influencia que ejerce el acosador sobre el acosado y los demás miembros del grupo clase, o por el hecho de pensar que son asuntos en los que no deben involucrarse.
El profesor debe fomentar la comunicación entre todos los integrantes del grupo, y los estudiantes deben estar dispuestos a ayudar a la víctima de todas las maneras posibles. Por eso, se debe educar a los niños en valores como la convivencia y el compañerismo, y concienciarlos de que, ante una situación como ésta, se debe informar pase lo que pase.
El papel de los compañeros de clase es fundamental. Si reaccionan y no aplauden las prácticas que está realizando el acosador, la víctima se sentirá más segura de sí misma y menos vulnerable. El acoso podría desaparecer si el acosador no percibe ningún tipo de apoyo por parte del resto de los compañeros de clase.
Por eso, es importante que en las tutorías se tengan charlas donde se enseñe cómo actuar ante una situación de bullying, cómo se deben tratar a los compañeros que sean víctimas, qué se debe hacer ante el acosador, a quién acudir en estos momentos y qué no se debe hacer para que el acosador sienta que tiene el poder y la libertad de hacer y actuar como quiera.
Las familias y toda la comunidad educativa deben estar muy atentos
Cuando aparece alguna sospecha de acoso escolar, el primer error que se suele cometer es que se piensa que todo es cosas de niños. Piensa que la situación es muy delicada, se debe tener en cuenta hasta el más mínimo detalle para evitar la aparición del bullying o poder frenarlo a tiempo.
El acoso podría desaparecer si el acosador no percibe ningún tipo de apoyo por parte del resto de los compañeros de claseLas familias debéis apoyar a vuestro hijo todo lo posible. Si os habéis enterado por terceras personas de que es una víctima de acoso escolar, no le riñáis. Debéis manteneros firmes y transmitirle la seguridad que ellos buscan y necesitan. Poneos en contacto con la institución educativa para buscar la mejor solución conjuntamente.
En cuanto al centro educativo, una vez que conozca la realidad y hayan realizado las investigaciones pertinentes, deben poner en marcha una serie de políticas antibullying, donde se deben hacer encuestas a los estudiantes para determinar la situación, tratar el tema a través de tutorías, dar a conocer los canales seguros de comunicación para que nadie más pueda resultar afectado e intervenir rápidamente entre el agresor y la víctima. Recuerda que, ante el maltrato, tolerancia cero.