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7 falsos mitos sobre dar el pecho
7 falsos mitos sobre dar el pecho

LACTANCIA

7 falsos mitos sobre dar el pecho

La lactancia materna tiene tantos beneficios como mitos a su alrededor, conócelos para tomar mejor la decisión de si amamantar o no al bebé-

Bebé alimentándose del pecho de la madreLa cantidad de leche no depende del tamaño del pecho de la madre

Hace años no existía tanta información médica como hoy en día y su difusión era pobre, las cosas que pasaban intentaban explicarse como buenamente se podía, pero no siempre se acertaba. Estas ideas han ido pasando de generación en generación y algunas todavía perduran hoy en día. Por eso, cuando hablamos de lactancia materna hay muchas creencias que tenemos que desmentir.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) dar el pecho es la mejor opción para alimentar al bebé durante el primer medio año de vida. Por eso, la manera más eficaz de contribuir al desarrollo de tu bebé es la lactancia materna. Que en un país las mujeres se decidan a hacerlo o no depende de su situación económica y de la cultura pero en países desarrollados al existir más opciones la mujer puede dudar entre que es mejor y decantarse por abandonar la lactancia. Las causas suelen ser la cantidad de mitos que existen respecto a dar el pecho. A continuación desmentimos los más oídos.

1. Si mi pecho es pequeño, no tendré suficiente leche

El tamaño del pecho depende solo depende de la grasa que tenga la mujer, no de las células productoras de leche y los conductos, que siguen siendo los mismos. Es más, es incluso beneficioso porque cuando el pecho es pequeño el bebé tiene más facilidad para succionar la leche que cuando es grande.

La leche materna inicia el contacto del bebé con diferentes sabores

A partir de esos primeros días el pecho va a empezar a producir leche materna más ligera, la cantidad de leche dependerá exclusivamente de las tomas que le des a tu bebé. Cuanto más frecuentemente amamantes a tu hijo más cantidad de leche producirás porque estarás estimulando las glándulas mamarias.

2. Mi leche quizá no sea de buena calidad

La leche materna tiene siempre la misma composición en todas las madres del mundo, a no ser que tenga una enfermedad médica grave, que en ese caso te lo indicará tu médico. Muchas madres se creen este mito porque ven su leche muy acuosa o demasiado espesa. Como ya hemos dicho el contenido es el mismo y que sea de una manera u otra dependerá de la fase de desarrollo por la que vaya pasando tu bebé.

Madre dando el pecho al bebéSigue una dieta variada y no potencies ni restrinjas ningún alimento concreto

La leche que tus células producen se va a adaptar a las necesidades de tu hijo. En algunas etapas el cuerpo producirá leche con más contenido graso y otras veces la leche será más ligera con el objetivo de hidratar más al niño, pero eso no indica que sea de peor calidad. Al principio de la toma la leche es más líquida para calmar la sed inicial del bebé, después sale más espesa porque contiene más grasas y proteínas, está más dirigida a nutrirlo.

3. El bebé se queda con hambre y llora

Los niños no lloran siempre porque tengan hambre, pueden llorar por más motivos, a veces solo quieren sentir el calor de la madre y por eso la demandan. El pediatra es quien tiene que decidir si el niño está ganando o no el peso suficiente. Puedes creer que tu leche no alimenta lo suficiente porque el bebé no engorda, pero no todos los niños son iguales. Hay niños que aunque parezcan más pequeños o delgados pueden pesar más que otros que sean más anchos, la cantidad de músculo y hueso es lo que más influye en el peso, no el aspecto exterior. Por eso, si ves que tu bebé moja entre 5 y 6 pañales al día, succiona y tu médico dice que no hay problemas, fíate de él y sigue amamantando a tu bebé tranquila.

4. La cantidad de leche que produce la madre es hereditario

Otro mito común muy extendido en pueblos es pensar que si tu madre producía poca leche a ti te pasará lo mismo. No tiene ni pies ni cabeza. Como ya hemos dicho la cantidad de leche depende de la frecuencia de las tomas del niño. Cuanto más lo amamantes más cantidad de leche vas a producir, el problema es que si por los motivos que sean pasas un tiempo sin dar el pecho, la producción puede pararse.

5. Hay que seguir una dieta especial

A menudo se escucha el mito de que durante el periodo de lactancia hay que favorecer unos alimentos y restringir otros. Esto es falso. Algunos ejemplos es el de decir que las madres tienen que tomar más leche porque el niño necesita producir más calcio. Si la madre sigue una dieta equilibrada a base de frutas, verduras, proteínas y cereales es suficiente. No tiene porque aumentar el consumo de leche. Aun así, la leche y quesos no son los únicos alimentos ricos en calcio, las sardinas, salmón, almendras e incluso verduras y frutas como el brócoli y los higos lo tienen en altas cantidades.

Otras personas dicen que hay que evitar alimentos fuertes como el ajo, la cebolla o la col. Es cierto que dependiendo de lo que la madre coma el sabor de la leche va a variar y eso puede producir un rechazo inicial en el bebé, pero solo es al principio, el niño acostumbrará rápidamente. Además es bueno que varies la alimentación porque así se va a ir habituando desde pequeño a los diferentes sabores y cuando sea mayor no pondrá tantas pegas a según que alimentos. Lo que sí es cierto es que bebidas con cafeína como la café, el mate, algunos chocolates o refrescos deben tomarse moderadamente, pero tampoco están contraindicados.

Bebé en brazosCon la lactancia materna el niño no queda con hambre

6. Mi hijo no duerme bien por la noche

Los niños amamantados duermen igual que los que toman preparados. Tu hijo se despierta por la noche porque está en su naturaleza, es un proceso fisiológico, su cerebro está madurando y no es capaz de dormir de manera continuada durante toda la noche. En realidad, nosotros tampoco lo hacemos, tenemos microdespertares cada hora aproximadamente pero nos damos la vuelta y seguimos durmiendo, no nos damos cuenta. Los niños tienen un sueño más ligero para asegurarse la cercanía con la madre y el estar suficientemente alimentado. Lo solución para que las tomas nocturnas sean más cómodas para ambos es practicar el colecho o mantenerlo cerca de ti, de manera que pueda seguir succionando mientras tu duermes.

7. Si amamanto al bebé se me caerá el pecho

Esta cuestión estética es, después de la incomodidad que supone para la madre trabajadora, una de las razones más extendidas para no dar el pecho al bebé. Sin embargo, no es este el factor que provoca la caída del pecho, sino el mismo embarazo. Es más, muchas mujeres que no han amamantado a su bebé te podrán decir aquello de "en cuanto tengas el primer hijo, esto va todo para abajo". Es algo natural y con lo que no podemos luchar, así que, sin meternos en las implicaciones de no dar el pecho al bebé por cuestiones estéticas, desecha esta idea porque no es cierta. Y tampoco lo es que amamantar nos haga engordar.

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