Menú
¿A qué edad debe un niño tener su primer teléfono móvil?
¿A qué edad debe un niño tener su primer teléfono móvil?

EDAD INDICADA

¿A qué edad debe un niño tener su primer teléfono móvil?

Analizamos cuáles son las ventajas y desventajas de que los más pequeños tengan móvil y cómo deben actuar los padres.

Niño móvilMuchos niños manejan las nuevas tecnologías mejor que sus padres

Vivimos en la era de la tecnología y muchas veces nos preguntamos cómo pudimos sobrevivir a la época en la que los móviles ni siquiera existían (ni los ordenadores, ni las tablets, ni internet...). Estos aparatos nos permiten comunicarnos a tiempo real (gracias a la mensajería instantánea que va desplazando el uso de las llamadas) y son imprescindibles en nuestro día a día (qué haríamos sin poder avisar cuando llegamos tarde a una cita o al trabajo...). Sin embargo, en el caso de los más pequeños el asunto no es tan fácil. Muchas veces, los más jóvenes manejan las nuevas tecnologías mejor que sus padres, ya que son prácticamente 'generaciones digitales nativas', pero esto no evita que surja la pregunta: ¿a qué edad debe tener mi hijo su primer móvil?

Beneficios del teléfono móvil para un niño

Es evidente que es muy útil que un niño pueda estar localizado cuando sale a jugar con otros niños, va a hacer los deberes a casa de sus compañeros o es invitado a la fiesta de cumpleaños de su mejor amigo. Por tanto, un claro beneficio de que dispongan de su propio teléfono móvil es que los padres puedan ponerse en contacto con sus hijos en cualquier momento o que éstos los avisen de que necesitan que les vayan a buscar, de que están en un apuro o de que llegarán más tarde a casa.

Un móvil ayudará a la socialización del niño

También es un elemento que ayuda al niño a relacionarse con sus compañeros y amigos. Cuando un chico/a llega a la adolescencia, es frecuente que sus conocidos creen un grupo de WhatsApp (o cualquier aplicación de mensajería instantánea) o se comuniquen frecuentemente gracias a la telefonía móvil. Por tanto, aquel niño que no tenga uno quedará en cierto modo excluido del grupo y se perderá determinadas cosas que sus compañeros traten a través de este medio.

Teléfono adolescenteUn móvil supone una distracción que puede interferir en los estudios

Peligros del teléfono móvil para un niño

Claramente no todo son beneficios. Lo que preocupa a los padres es que el hecho de comprar un móvil a su hijo conlleve más penas que alegrías. Está claro que su uso constituye una distracción más que puede dificultar su atención en los estudios o interrumpir sus horas de sueño. Pero incluso puede acarrear problemas más graves como que sean víctimas de acoso a través del móvil o internet ('ciberbullyng'). El hecho de que los teléfonos de última generación incorporen cámara de fotos y un sinfín de aplicaciones, además de acceso a internet, puede provocar que el pequeño entre en contacto con desconocidos o comparta fotografías pertenecientes a su intimidad en las redes sociales o a través de aplicaciones de mensajería.

A qué edad debería un niño tener su primer móvil

Es difícil determinar la edad exacta a la que los padres deben comprar (o regalar, ya que es frecuente que sea uno de los presentes en cumpleaños y otras fechas señaladas) un teléfono móvil. Es habitual que sea en el paso del colegio al instituto cuando el pequeño demande su primer dispositivo móvil con el que se comunicará con sus nuevos compañeros. Este cambio tiene lugar alrededor de los doce años, coincidiendo este momento con el inicio de la adolescencia. A esta edad, según el Instituto Nacional de estadística un 69% de los jóvenes se inicia en la telefonía móvil, porcentaje que aumenta casi en un 20% cuando alcanzan los catorce años. Sin embargo, también niños más pequeños (incluso menores de diez años) tienen ya su propio teléfono, algo que desaconsejan los expertos.

Valorar la madurez del niño nos ayudará a encontrar el momento indicado para comprarle un móvil

Consejos para padres

Las compañías de telefonía dirigen muchas de sus campañas a los jóvenes e incluso crean modelos específicos para ellos (como hizo Movistar). A pesar de que eso influye en que los adolescentes quieran tener el suyo, también es cierto que las empresas telefónicas firmaron en 2007 un código de conducta para regular la relación y uso de los menores con las tecnologías. Algunas incluso ofrecen servicios para que los padres puedan controlar el acceso a ciertos contenidos (como Vodafone o Yoigo).

Adolescente móvilEs necesario establecer una serie de normas

Es fundamental que los padres valoren si realmente sus hijos necesitan ya un móvil o aún puede (o debe) esperar la compra. En el caso de que decidan permitir que su niño tenga uno, es importante seguir los siguientes consejos:

1. Educar al pequeño en el uso del teléfono. Los padres deben dejar muy claro desde el primer momento para qué cosas debe usarse el móvil. Por ejemplo, deben explicar a sus hijos el peligro que entrañan las fotografías comprometidas o el contacto con extraños en redes sociales, chats o servicios de mensajería.

2. Establecer una serie de normas. Por ejemplo, se puede instaurar un horario en el que se les permita usar el móvil, evitando que por la noche sigan 'enganchados' a los juegos o aplicaciones ya que tres de cada cuatro menores de 18 años nunca apaga el móvil según el estudio "Redes y Menores". También es una buena idea comenzar 'dejándoselo' sólo cuando salgan (los fines de semana, por ejemplo) e ir ampliando estos periodos a medida que el niño vaya creciendo y los padres estén satisfechos con el uso que hace de su teléfono.

3. Valorar qué tipo de móvil necesitan. Si el pequeño requiere un móvil para llamar a los padres, quizá le sirva con un modelo sin excesivas prestaciones. Los niños realmente no precisan la cámara de más megapíxeles del mercado ni un terminal más grande que ellos.

4. Decidir si se va a contratar conexión a internet. Igual que en el caso anterior, si el pequeño va a utilizar el móvil para llamar o recibir llamadas, quizá en un primer momento lo mejor sea prescindir de internet y contratarlo cuando sea más mayor y realmente vaya a ser maduro para usar correctamente esta herramienta.

5. Supervisar el uso. No sólo es importante controlar el saldo que gastan los niños (sobre todo si son los padres quienes lo pagan) sino que además conviene estar al tanto de qué uso dan los jóvenes a su dispositivo. No se trata de espiarles o cotillear a quién escriben y qué se dicen, sino de comentar con ellos qué tipo de juegos descargan o si tienen perfiles en las redes sociales, por ejemplo.

Te puede interesar