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Diferencias entre el déficit de atención y la hiperactividad
Diferencias entre el déficit de atención y la hiperactividad

TDAH

Diferencias entre el déficit de atención y la hiperactividad

El trastorno por déficit de atención y la hiperactividad suelen ir acompañados (TADH) pero no tiene por qué, te contamos las diferencias entre ambos.

niña aburridaSe puede tener déficit de atención, hiperactividad o ambas cosas

Existe una gran confusión entre estos dos trastornos, la mayoría de las veces incluso entre profesores. Por eso hoy en Bekia vamos a ver las diferencias principales entre estos trastornos.

En primer lugar hablamos de tres tipos de dificultades:

- TDA: trastorno por déficit de atención. Hay dificultades en fijar la atención en el tiempo.

- H: hiperactividad e impulsividad. Los niños hiperactivos que no pueden evitar estar siempre en continuo movimiento.

- TDAH: trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Niños que aparte de presentar síntomas hiperactivos también tienen problemas para fijar la atención y concentrarse a largo plazo en una tarea.

Como podemos ver, en realidad estamos hablando de 3 dificultades diferenciadas entre si. De esta manera, hay niños que pueden tener solo un trastorno por déficit de atención (TDA) y por tanto les es difícil concentrarse en CUALQUIER actividad, no solo en lo académico. Son niños normalmente tranquilos que no tienen esa necesidad constante de moverse. Simplemente no son capaces de mantener la atención en lo que están haciendo, se pierden, quedan ausentes y se fatigan muy fácilmente.

Los problemas de atención

Un adulto puede mantenerse atento una media de 40-45 minutos, a partir de ese momento la capacidad atencional empieza a reducirse. Es totalmente normal y le ocurre a todo el mundo. Nos fatigamos y necesitamos un pequeño descanso. En los niños y ancianos los tiempos de concentración son más cortos aun, entre 25-30 minutos. Sin embargo, el niño que tiene TDA será capaz de aguantar como mucho 10-15 minutos hasta que se cansa, después de ese tiempo tiene que hacer una parada obligatoria y descansar. En general, toda tarea que conlleve esfuerzo mental les costará mucho terminarla y la tendencia será dejarla a medias, a no ser que tengan un especial interés en ella. A la hora de procesar la información son más lentos y tienden a olvidarse fácilmente de las cosas que no han llegado a comprender al 100%, hay que tener mucha paciencia con ellos.

Por otra parte, los niños con TDAH con predominio en inatención (déficit de atención) suelen pasar desapercibidos porque no distorsionan las clases ni molestan. Desgraciadamente los profesores pueden pensar que están desmotivados, que son vagos o que no se responsabilizan de sus cosas. Los que presentan además hiperactividad son más fáciles de identificar y preocupa más a los profesores porque distraen al resto de la clase. Al entrar en la adolescencia la hiperactividad es normalmente sustituida por la impulsividad y puede desencadenar dificultades en las relaciones sociales.

niño inquietoLa hiperactividad es más fácil de detectar que el déficit de atención

Hiperactividad

Por otro lado, los niños hiperactivos (H) son aquellos que están en constante actividad, en movimiento. Suelen ser niños muy impulsivos que hablan excesivamente y hacen las cosas según se le ocurren, sin pararse a reflexionar. Pueden tener periodos de atención más cortos respecto a otros niños de su misma edad pero no porque no tenga capacidad para concentrarse sino porque está pendiente de todo lo demás menos de lo importante. Sin embargo, si a los niños hiperactivos les ponemos delante de una actividad agradable que les motive lo suficiente pueden mantenerse mucho tiempo realizándola. Por ejemplo, jugar al ordenador. Un niño con déficit de atención no podría ser capaz, se fatigaría al rato, aunque le guste mucho lo que está haciendo. Un niño que solo tenga hiperactividad procesa más rápido que los que tienen déficit de atención, eso si, hay que conseguir que permanezcan sentados.

TDAH: Cuando confluye inatención e hiperactividad

Por último nos encontramos con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Aquí el niño presenta ambos problemas. Por una parte tiene dificultades para concentrarse pero también dificultades para estarse quieto. Si ambos se juntan se crea un cóctel mortal que en más de una ocasión sacará de quicio incluso al más paciente de los padres. No se puede diagnosticar hasta los 7-8 años de edad porque todos los niños en cierta medida tienen problemas para concentrarse y estarse quietos, al fin y al cabo son niños. La diferencia está en si afecta a más de un ámbito de su vida. Es decir, ¿está interfiriendo está dificultad también en la vida familiar y social aparte de en la escuela?

Diagnóstico para el TDA y TDAH

En el DSM-V, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales escrito por la APA (Asociación Americana de Psiquiatría) para ver los síntomas tenemos que acudir a la sección de "trastornos del neurodesarrollo", ahí podemos ver los criterios del TDAH. Si el niño comparte al menos 6 de los síntomas de déficit de atención pero no de hiperactividad el diagnóstico será TDA. Si cumple 6 de hiperactividad /impulsividad pero no de déficit de atención presenta solo hiperactividad. Sin embargo, si cumple 6 síntomas de déficit de atención y además 6 al menos de hiperactividad e impulsividad decimos que tendrá un TDAH de tipo combinado, ya que presenta ambos problemas. Estos síntomas tienen que estar presentes al menos durante los últimos 6 meses.

niño distraído en claseEl tema de la medicación causa mucha controversia en el tratamiento del TDA o la hiperactividad

¿Se utiliza la misma medicación? ¿Realmente es necesaria?

La medicación que recomiendan los psiquiatras es la misma en ambos casos, sean niños hiperactivos o inatentos. Básicamente consiste en estimulantes que aumentan la concentración del niño. Los más utilizados son el metilfenidato, su nombre comercial es Ritalin o Concerta, dependiendo de la duración de sus efectos (el Concerta es de larga duración).

Si los síntomas son muy graves e interfiere gravemente en su funcionamiento el médico puede recetarlo, pero es importante saber si realmente es necesario. No deja de ser una droga y aunque tiene efectos inmediatos también tiene muchos efectos secundarios. Hay que valorar si realmente merece la pena mantener la medicación.

Siempre que se receta el medicamento tiene que formar parte de un tratamiento integral, nunca se debe incorporar solo. Piensa que no puede estar tomando toda la vida medicación, además una vez que el cerebro se habitúa a ella les será más difícil concentrarse cuando dejen de tomarla, al fin y al cabo no deja de ser un estimulante cerebral. Algunos adolescentes han acabado siendo dependientes a ellos debido a mal uso, por eso siempre deben tomarse con supervisión médica y manteniendo las dosis prescritas por el psiquiatra o neurólogo.

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