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¿Debemos preocuparnos si hay un caso de meningitis en el colegio de nuestros hijos?
¿Debemos preocuparnos si hay un caso de meningitis en el colegio de nuestros hijos?

CONTAGIO

¿Debemos preocuparnos si hay un caso de meningitis en el colegio de nuestros hijos?

La meningitis es una enfermedad que puede tener consecuencias fatales en los niños, por eso cuando existe un caso en un colegio saltan las alarmas.

La meningitis es una enfermedad que suele preocupar mucho a los padres pese a lo poco frecuente que es, y con razón. Consiste en la inflamación de las meninges (que son las tres membranas que se encargan de envolver y proteger el sistema nervioso central), y puede deberse tanto a una infección vírica como una bacteriana; es decir, que cabe la posibilidad de que la meningitis pueda contagiarse. Teniendo en cuenta que los niños pequeños pasan una media de cinco horas al día rodeados de otros niños , temer al contagio de cualquier tipo de enfermedad es algo lógico. Es cierto que es una enfermedad que puede afectar tanto a pequeños como a mayores, pero son los primeros os que pueden correr un mayor riesgo; esto se debe a el sistema inmunológico de los niños no se ha formado por completo, y no tiene fuerza como para repeler la enfermedad.

La meningitis se puede coger de diferentes maneras. Normalmente, los niños suelen coger la infección debido al meningococo, pero el responsable también puede ser el Haemophilus influenzae o el neumococo, siendo este último el menos probable. Las meningitis víricas representan más o menos el ochenta por ciento de los casos, y esto es una buena noticia, puesto que suelen acabar todas con buenos resultados. No obstante, las meningitis bacterianas son mucho menos frecuentes (que son las producidas por el meningococo, por ejemplo) pero también considerablemente más graves.

La meningitis es una infección que se puede contagiar, por eso causa tanto miedo a los padresLa meningitis es una infección que se puede contagiar, por eso causa tanto miedo a los padres

Las meningitis producidas por el Haemophilus influenzae suelen actuar sobre todo en niños de entre los tres meses y los cinco años únicamente, puesto que son enfermedades que el organismo aprende a repeler con el paso del tiempo. Y la última que hemos mencionado anteriormente, la meningitis provocada por el neumococo, suele aparecer sobre todo en niños menores de dos años; puede dejar secuelas graves, como la sordera, pero solo en algunos casos contados. Normalmente, solo se refleje como una otitis, una sinusitis o una neumonía.

La meningitis y el contagio entre niños

Habiendo analizado brevemente lo que es la meningitis, ya podemos hacernos una idea de por qué tantos padres (y tantos pediatras) tienen miedo a esta enfermedad. Es un miedo comprensible, sobre todo si de repente llega la noticia de que uno de los niños con los que tu hijo comparte clase en el colegio padece meningitis. Porque el riesgo de contagio es real, y no estamos hablando de una enfermedad fácil.

La meningitis es una enfermedad infecciosa con lo cual, independientemente de si su origen es vírico o bacteriano, puede acabar contagiándose. En un colegio, donde los niños juegan y están en contacto constante, las posibilidades del contagio son aún mayores, porque la transmisión se produce a través de la saliva. No es necesario que haya ningún tipo de beso; al hablar se expulsan gotas de saliva de forma inconsciente, al igual que al estornudar, y esto puede acabar provocando un contagio totalmente inesperado.

Lavarse las manos a menudo puede ayudar a los niños a prevenir el contagio de enfermedades infecciosas en el colegioLavarse las manos a menudo puede ayudar a los niños a prevenir el contagio de enfermedades infecciosas en el colegio

Si llega a tus oídos que uno de los compañeros de colegio de tu hijo sufre meningitis, y tu hijo te cuenta que ha estado jugando con él (o incluso en caso de que no lo haya hecho), lo primero que debes hacer es acudir rápidamente al pediatra. Porque pudiera darse el caso de que tu hijo no hubiera sufrido ningún tipo de contagio, pero también podría haber enfermado y, de ser así, lo mejor que puedes hacer es coger la enfermedad a tiempo. No hace falta alarmarse ni poner el grito en el cielo, puesto que con un sistema sanitario como el nuestro no tiene por qué acabar en desgracia ningún caso de meningitis; lo único que debes hacer es ver cómo subsanar la situación.

En el colegio se enseñan muchas veces hábitos de higiene que pueden ayudar a prevenir el contagio de enfermedades víricas, como es el lavarse las manos a menudo, sobre todo cuando van a comer o cuando han ido al baño, además de taparse la boca cuando se estornuda o se tose. Con estos pequeños gestos, que también puedes enseñar a tu hijo en casa, podrías prevenir un contagio de una enfermedad poco deseada.

La vacunación es muy importante

Por si acaso no lo sabías, hay distintas vacunas para la meningitis que puedes proporcionar a tus hijos para que estos no acaben contagiándose. La Asociación Española de Pediatría, así como cualquier otro profesional, te recomendará siempre que vacunes a tus hijos para evitar el contagio. Además, las vacunas de la meningitis son completamente gratuitas, tanto contra el Haemophilus influenzao como contra el meningococo y el neumococo.

Es muy importante que nuestro hijo o hija esté vacunado contra la meningitisEs muy importante que nuestro hijo o hija esté vacunado contra la meningitis

Al vacunar a tu hijo no solo estarás protegiéndole a él de una enfermedad que podría acabar siendo muy perjudicial, sino que también estás protegiendo a todos sus compañeros de colegio. Estarás propiciando que el germen no continúe circulando por todo el colegio, y estarás velando por la seguridad y la salud de todos los niños pequeños. Es cierto que las vacunas no ofrecen la protección absoluta ante la enfermedad, pero ofrecen mucha más protección que si simplemente obvias el hecho de que existen vacunas que podrían ayudarte.

Si has vacunado a tu hijo pero hay un caso de meningitis en el colegio, él podría acabar sufriendo un contagio también. Debes estar atento entonces a los síntomas: fiebre elevada, dolor intenso de cabeza y, en ocasiones, vómitos. Además, puede que el niño comience a mostrarse sensible a la luz, no pueda doblar el cuello hacia delante, se note confuso, le duelan las articulaciones... En ocasiones pueden aparecer también incluso pequeñas erupciones cutáneas. Cualquiera de estos síntomas en conjunto debería ponerte sobre alarma, y hacer que llevaras al pequeño al médico para ver qué le sucede. Si realmente es meningitis, esto solo puede averiguarse mediante un análisis de sangre.

No te preocupes si finalmente tiene meningitis, puesto que con el tratamiento y los cuidados adecuados todo pasará sin que apenas te des cuenta. Lo único que puedes hacer para prevenirlo es poner las vacunas pertinentes y estar atento; recuerda, además, que si tu hijo padece meningitis lo mejor sería que no le dejaras ir a clase hasta que estuviera totalmente recuperado y no hubiera peligro de que contagiara a otros niños.

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