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Las consecuencias de la violencia de género en los niños
Las consecuencias de la violencia de género en los niños

CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Las consecuencias de la violencia de género en los niños

Los hijos se encuentran aún muy desprotegidos en la violencia de género, cuando las consecuencias del maltrato a la madre son tan dañinas como el maltrato infantil.

Maltratador y mujer con su bebéEl constante estrés al que se ve expuesto el niño genera un retraso en su desarrollo

La campaña contra la violencia de género llevada a cabo por el Gobierno de España en el año 2015 da visibilidad a una de las realidades del maltrato de la que muchas veces nos olvidamos: los hijos. Las consecuencias que la violencia machista tiene en los niños abarcan el plano psicológico y físico, pero tampoco debemos olvidar que también perjudica a la sociedad en general, en el sentido de que fomenta las conductas violentas y la perpetuación del machismo.

Los niños no deben ser considerados como seres ajenos al maltrato, en el sentido de que asumimos que sufren, pero una vez fuera del hogar, ya está todo hecho. Necesitan contar con un marco de actuación específico para ellos, conocer sus necesidades concretas y actuar sobre ellas lo antes posible. Y es que muchos autores expertos en maltrato infantil afirman y avalan que la exposición a la violencia de género es maltrato infantil directo, y la Academia Americana de Pediatría (AAP) añade: "Ser testigo de violencia doméstica puede ser tan traumático para el niño como ser víctima de abusos físicos o sexuales". Por tanto, no hay duda de que no podemos dejar desprotegidos a estos niños.

Las consecuencias en los niños de la violencia de género

Si un niño crece en un hogar donde hay violencia de género, éste suele adoptar uno o varios de estos cuatro roles: el mini-agresor, que se alía con el padre y trata mal a su madre; el confidente de la víctima, en el que el niño o niña se identifica con su madre y se siente exactamente igual que la madre en cada situación; el protector, según el cual el niño o niña se ve con la responsabilidad de cuidar de su madre y sus hermanos/as, e incluso se intenta enfrentar al padre, y por último está el árbitro, que intenta mediar para que no haya conflictos, pero no son capaces porque no depende de ellos y se frustran constantemente.

Niña asustadaLos niños se ven traumatizados y rememoran constantemente la violencia

Claramente, vemos que en todas estas situaciones el niño está siendo privado de una infancia sana y feliz, y esto traerá múltiples consecuencias negativas. Según Wolak (1998) y Barudy (2004), podemos encontrar las siguientes alteraciones en la vida y desarrollo de los niños expuestos a situaciones de violencia de género:

Problemas físicos:

- Retraso en el crecimiento

- Transtornos de la conducta alimentaria

- Trastornos del sueño

- Retraso en las habilidades motoras

- Síntomas psicosomáticos, como: alergias, asma, ezcemas, cefaleas, dolor de barriga, enuresis nocturna...)

Problemas psicológicos y sociales:

- Ansiedad

- Ira

- Depresión

- Aislamiento social

- Problemas de autoestima

- Trastorno de estrés post-traumático

- Transtornos del apego o de la vinculación

- Problemas para desarrollar empatía

Problemas cognitivos:

- Retraso en el aprendizaje del lenguaje y del desarrollo verbal

- Retraso del desarrollo cognitivo

- Bajo rendimiento escolar

Problemas de conducta:

- Violencia hacia los demás

- Rabietas

- Más probabilidades de desarrollar TDAH

- Conductas autodestructivas y mayor riesgo de consumo de drogas en la adolescencia

Muchos de estos síntomas, o de trastornos que pueden desarrollar los niños, están estrechamente relacionados entre sí. Por ejemplo, vivir constantes situaciones de ira y hostilidad en casa les genera esos mismos sentimientos a los niños. Así, cuando tengan algún problema o sientan frustración, esta será la vía por la que pretendan conseguir lo que quieren, ya sea con sus padres, en el colegio, con sus amigos, etc.

Es importante remarcar la ansiedad y el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT). Cuando se realiza una evaluación y tratamiento psicológico en niños tras haber sufrido violencia de género en su propio hogar, es común encontrar en ellos síntomas de este trastorno. Estos niños rememoran una y otra vez, sin querer hacerlo intencionadamente, las situaciones de violencia en casa, se muestran en constante alerta, irritables, con dificultades para dormir, tienen pesadillas, se retraen socialmente, les cuesta llevar a cabo sus actividades rutinarias, etc. Muchos de estos signos responden a un cuadro de ansiedad, que se deriva del TETP.

niño llorando abrazado a su madre

La ansiedad y el estrés continuados generan consecuencias a nivel de salud física, y el sistema inmunitario del niño se ve más debilitado, por lo que no es raro que enfermen con facilidad, y de ahí que tengan síntomas físicos. Tampoco debemos de olvidar que el hecho de que una mujer esté siendo sometida a maltrato físico y psicológico durante el embarazo afecta al desarrollo del feto, ya sea por impacto físico directo, o derivado del estrés que sufre la mujer.

Las dos consecuencias más graves que puede haber para el niño o la niña son: primero, que se de la muerte de la madre, y encima sean los hijos o hijas quienes la presencien, y por otro lado, la propia muerte del menor. En la última década, 44 niños han sido asesinados por un padre que maltrataba a la madre, así que no estamos hablando de poner en peligro la salud del niño, sino su propia vida. Muchas veces, estas muertes son provocadas como manera de maltratar psicológicamente a la madre: dañando a sus hijos.

Los modelos sociales que están aprendiendo estos niños

Además de las devastadoras consecuencias que la violencia de género tiene en el día a día de los niños, esto va a repercutir en su vida adulta si no reciben una atención integral para minimizar el impacto que la situación de su hogar ha tenido en su desarrollo. Los niños criados en un ambiente extremadamente machista y violento, van a aprender:

- Un modelo de roles equivocado: creando niños machistas

Los niños aprenden, por verlo en casa, que tanto dentro como fuera del hogar el hombre tiene un papel dominante.

- Manda el más fuerte

El hombre es el dominante, pero lo es porque es más fuerte, pues hace uso de la fuerza y la violencia para lograr sus objetivos, y lo consigue. Si no eres el más fuerte, tienes que ser sumiso.

- Los problemas se resuelven con gritos y violencia

El niño aprenderá que cuando una persona no hace lo que él quiere, debe insultarla o golpearla para que acabe haciéndolo. Además, el malestar constante y la frustración que vive el niño a diario le hace ser más agresivo.

La intervención con niños expuestos a violencia de género

Así, estos factores favorecen que en la adolescencia y adultez los niños repitan patrones similares en sus relaciones sentimentales. Las niñas tienen más probabilidades de adoptar un rol sumiso ante sus parejas, y los niños podrían utilizar la violencia contra sus parejas si éstas son mujeres. Pero no es una regla de tres, ni tienen por qué darse estas situaciones necesariamente, ya que los modelos de conducta no son debidos a un factor solamente, sino a muchos y a muy diversas circunstancias, ni tampoco quiere decir que no haya solución ni esperanza para estos niños.

Niño presenciando violencia de géneroLos niños aprenden que el más fuerte manda, y el más fuerte es el hombre

Sí hay intervención posible, pero a nivel integral: psicológica, social, en la escuela, en el hogar, etc. Los niños deben recibir la actuación de profesionales de la psicología para corregir sus problemas emocionales (ansiedad, estrés postraumático, depresión, etc.) si los hubiera. También se les enseñarán estrategias para tolerar la frustración y reaccionar de manera asertiva y no violenta ante los problemas que se les puedan presentar. Por último, una intervención psicosocial les debe enseñar la igualdad de género, y a no interpretar desde el machismo los roles de cada persona.

Pero, claramente, para que los niños puedan pasar página con la violencia de género, deben de haber salido con su madre de esa situación de violencia, y se necesitan muchos recursos para ello. Recursos que ayuden a la madre y los hijos a salir del hogar, estar protegidos y que se tengan en cuenta las necesidades de cada uno. Numerosos organismos internacionales hacen sus recomendaciones, como Save The Children en su informe Violencia de género. No hay una sola víctima.

Y, si queremos ir más a la base del problema, el machismo y la dominación del rol masculino en la sociedad está perpetuando diferentes modos de violencia machista contra las mujeres, tanto dentro como fuera del hogar, que están afectando a nuestros hijos y también haciéndoles interiorizar esas reglas sociales. Para acabar con la violencia machista, es necesario educar en igualdad.

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