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Cómo prevenir la violencia obstétrica
Cómo prevenir la violencia obstétrica

EMBARAZO Y PARTO

Cómo prevenir la violencia obstétrica

La violencia obstétrica consiste en coartar a la madre gestante de la capacidad de tomar ciertas decisiones sobre su embarazo y su parto.

La violencia obstétrica es uno de los males que aquejan a las mujeres única y exclusivamente por el hecho de tener vagina y útero; y es que este tipo de violencia está relacionada con la capacidad de las mujeres de tener hijos. Entendamos, antes de continuar con el texto, que no todas las mujeres tienen por qué poder (o querer) tener hijos para ser consideradas mujeres; pero sí es cierto que deben estar embarazadas y dar a luz para sufrir violencia obstétrica.

Cuando hablamos de violencia obstétrica, nos referimos a una violencia específica que sufren las mujeres durante el embarazo o el parto, mediante la cual se les impide decidir cómo quieren llevar a cabo todo el proceso del embarazo e incluso el posterior parto. Se decide por ellas, alegando siempre a que se protege su salud, o que se trata de prevenir posibles lesiones posteriores; no obstante, lo que se está haciendo es atentar directamente sobre su capacidad de decidir, coartando esta.

Se puede dar muchas maneras. Se habla de violencia obstétrica cuando a una mujer se le impide disfrutar de ciertos tipos de alimentos sin que haya una recomendación médica importante de por medio, por ejemplo; o cuando, durante el parto, los especialistas deciden por la mujer el tipo de parto que esta va a tener sin que ella pueda ni tan siquiera mediar palabra. Es cierto que hay circunstancias en las que debe ser el criterio médico el que prevalezca, pero siempre atendiendo a las necesidades y peticiones de la mujer dentro de lo posible.

La violencia obstétrica puede provenir del personal médico, pero también de la familia de la madreLa violencia obstétrica puede provenir del personal médico, pero también de la familia de la madre

La violencia obstétrica no se da tan solo desde el servicio médico, sino que también puede darse desde los propios familiares o amigos. El marido, o la mujer, de la embarazada pueden tratar de decidir por ella decisiones que realmente solo incumben a la embarazada. Como, por ejemplo, cómo debe darse el proceso del parto. Si la mujer quiere dar a luz en el agua, eso debe ser totalmente tenido en cuenta, independientemente de lo que su pareja piense al respecto. Ella es la que debe decidir, siempre, y los médicos son los que deben ajustarse a sus peticiones dentro de lo posible; hay motivos de salud que pueden llevar a que sea necesaria una cesárea, por ejemplo, para salvar la vida tanto de la madre como del bebé, pese a que esta no quiera realizarla. Pero no hablamos de casos así.

Formas de prevenir esta violencia

¿Puedes, como mujer embarazada, prevenir este tipo de violencia? Por supuesto, aunque no siempre será sencillo. En ocasiones, tendrás que hacer frente a la oposición de algunos miembros de tu familia a los que considerarás importantes. Lo básico y fundamental es que tengas siempre claro que la que está embarazada eres tú y, por tanto, la que decides sobre ese proceso eres tú.

Para prevenir que la gente comience a darte órdenes, o comience a tomarse más libertades de las que quizás ves oportunas, lo que debes hacer es mostrarte segura en tus convicciones. Si tú has estudiado al respecto, si has leído libros y te has informado, y lo que quieres es tener un parto totalmente natural, en tu casa, y acompañada por una matrona, hazlo. No importa que tu pareja no esté de acuerdo; hazle comprender que es algo que debes decidir tú en solitario, por mucho que él o ella formen parte de tu vida. Porque el parto es un momento muy íntimo entre el bebé y tú, y debes ser tú la que decida cómo llevarlo a cabo.

Esto no implica que, para prevenir la violencia obstétrica, comiences a ignorar todas las sugerencias. Es más, cuantas más sugerencias, mejor será para ti y para tu bebé. Pero sí que debes tener claro que son solo sugerencias, y que nadie debe decidir jamás por ti. No te sientas coaccionada, no te sientas amenazada, y recuerda siempre que, por encima de todo, es tu cuerpo.

Violencia obstétrica en el hospital

Lo más complicado será, sin duda, prevenir este tipo de violencia en el entorno hospitalario. Porque ahí te encontrarás rodeada de médicos que, debido a los estudios específicos que han tenido al respecto, sabrán más que tú de prácticamente todo lo relacionado con el parto y el embarazo. Esto implica, necesariamente, que tendrán una posición de superioridad que no podréis eludir ninguno; ellos sabrán que se encuentran por encima de ti y, por tanto, tratarán de cuidarte y protegerte en consonancia. Esto, de por sí, es muy positivo; buscarán siempre lo mejor para ti. El problema es que algunas veces buscarán lo mejor para ti sin tener en cuenta qué es lo que tú quieres.

La violencia obstétrica consiste en que no te dejen tomar decisiones sobre tu embarazo o partoLa violencia obstétrica consiste en que no te dejen tomar decisiones sobre tu embarazo o parto

¿Qué es lo mejor que puedes hacer en estos casos, entonces? Rodearte de los profesionales médicos que mejor se ajusten a lo que estás buscando, y explicar siempre a las personas que te rodean qué es lo que quieres. Cómo quieres llevar tu embarazo, cómo quieres que sea el parto, si quieres que te acompañe mucha gente en el paritario o que esté el mínimo personal médico posible, si prefieres grabar todo el proceso... Intenta decidir entre los dos (tú y el profesional) cómo será el parto en cuestión. Puede que la cesárea sea la última de tus optativas, y, de ser así, debes hacérselo saber desde un primer momento. Quizás no quieras epidural, ni ningún tipo de calmante, y también debes decírselo desde un principio. De esta forma, se atendrán mejor a todo lo que puedas requerir.

Como ya hemos señalado anteriormente, hay ocasiones en las que lo que tú quieras deberá permanecer en un segundo plano, puesto que tu salud podría depender de que los médicos tomen la decisión adecuada. Aunque eso podrías acabar notándolo como violencia obstétrica, como algo violento hacia tu persona, hay casos en los que realmente no queda más remedio. Aún así, siempre que notes que tu decisión no ha sido tenida en cuenta, no dudes ni un segundo en poner el grito en el cielo. Porque tu caso podría ayudar a que, el día de mañana, los casos de violencia obstétrica se vean reducidos.

Ante todo, recuerda siempre que tu decisión es importante, independientemente de que no seas una experta. Porque estás ante algo que solo vivirás una vez en la vida, que recordarás para siempre, y que no quieres que te haga daño al pensar en ello. Piensa siempre en ti y en tu bebé.

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