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Cómo ayudar a tu hijo si sufre bullying
Cómo ayudar a tu hijo si sufre bullying

PROBLEMAS ESCOLARES

Cómo ayudar a tu hijo si sufre bullying

En Bekia te ayudamos a saber si tu hijo padece bullying y cómo afrontar la situación para que reciba tu apoyo y recupere su autoestima.

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El bullying es definido por los expertos como la "acción reiterada a través de diferentes formas de acoso u hostigamiento entre dos alumnos/as o entre un alumno/a y un grupo de compañeros en el que la víctima está en situación de inferioridad respecto al agresor o agresores ". Es por ello que la clave para diferenciar el bullying de las peleas entre iguales es que, por un lado, haya una víctima que se encuentra en total inferioridad con su agresor o agresores, que se dé de forme repetida en el tiempo, y también es común que el acoso se produzca por varias vías y no sólo la física.

Las diferentes formas de acoso que existen son: el acoso verbal, consistente en insultos, motes, humillaciones, etc.; el físico, donde se producen peleas, patadas, puñetazos, e incluso se puede dar de forma indirecta, mediante destrozo de los objetos personales de la víctima; el psicológico, como las amenazas, meter miedo a la víctima, obligarla a hacer cosas, etc., y el social que consiste en intentar aislar al compañero del resto del grupo, ignorándolo o no dejándole participar en las actividades del aula.

Por qué se produce el bullying

No es fácil determinar las causas de que se produzca una situación de maltrato, ni tampoco predecirla. Se da desde la Educación Primaria, pero es más común entre adolescentes. Las agresiones suelen comenzar con disputas verbales (motes, insultos) debido a alguna característica de la víctima que el agresor quiere hacer notar, como su aspecto físico, etnia, gustos, aptitudes, etc, aunque a veces puede ser alguna conducta de la víctima que le irrite (no por ello la víctima es culpable). Si el agresor o los agresores notan que su compañero no tiene forma de defenderse ni apoyos, lo ven débil, y esto reforzará su conducta y continuará yendo a más.

No hay un perfil concreto para el agresor ni para la víctima, pero sí existen aspectos de su carácter que puede facilitar que se produzcan estos episodios. El agresor suele caracterizarse por tener falta de empatía, es decir, de ponerse en el lugar del otro y entender lo dañino que está siendo su comportamiento. Suele culpar a la víctima de la situación, 'porque se lo ha buscado', no asume sus responsabilidades y suele ser una persona a la que le gusta conseguir lo que quiere al momento. Es común que la víctima haya crecido en un ambiente sobreprotector. Se caracteriza por su falta de competencias sociales y baja asertividad: no es capaz de expresar sus sentimientos y deseos, no se atreve a contradecir a los demás y, en definitiva, no sabe hacerse respetar.

¿Cómo saber si nuestro hijo padece bullying? ¿Cómo saber si nuestro hijo padece bullying?

Cómo detectar si nuestro hijo es víctima de bullying

Todos los factores hasta ahora descritos no garantizan que nuestro hijo sea víctima de acoso escolar, pues influyen muchas variables, entre ellas, el clima que haya en el aula y las situaciones que los compañeros hayan vivido juntos. Para saber si uno de nuestros hijos está envuelto en una situación de este tipo en el colegio, los padres deberemos estar atentos a si presenta los siguientes comportamientos : tendencia a estar triste, cambios de humor, se muestra nervioso e irritable, habla poco, se le ve distraído, presenta heridas o moratones sin dar una explicación clara de lo que le ha ocurrido (intenta evadir el tema o se nota que está mintiendo), pone excusas para no ir al colegio, su rendimiento en clase baja de forma repentina, finge tener enfermedades, falta a clase sin avisar, no juega con amigos (si se trata de niños) o no sale con ellos (si son adolescentes) fuera de las horas del colegio, o no habla de sus amigos.

Si sospechamos que pudiera tener algún problema con sus compañeros, los padres tenemos que intentar hablar con él para que nos cuente qué está pasando. Realmente, se vuelve complicado establecer una comunicación profunda y en confianza con nuestros hijos adolescentes

, es algo normal en su edad. Además, los sentimientos de culpa, vergüenza, miedo a las represalias por parecer un chivato, etc., dificultarán más que nos cuenten su problema.

Cuanto más pronto empecemos a establecer esa relación de confianza con nuestros hijos, desde pequeños, haciéndoles ver que somos de su confianza, reforzándoles su autoestima haciéndoles ver sus cualidades y mostrando interés por él y sus necesidades, más fácil hará la comunicación a edades más avanzadas. Pero nunca es tarde para ello, iremos poco a poco intentando acercarnos a él y estableciendo ese ambiente de apoyo y confianza que necesita. También podemos hablar con los profesores del colegio o el instituto para que nos ayuden observando con atención si nuestro hijo presenta algún indicio de ser víctima de bullying.

Cómo podemos ayudar a nuestro hijo

Una vez que hayamos descubierto que nuestro hijo sufre bullying por parte de uno o varios compañeros de clase, se encuentre en una fase temprana del acoso o se hayan dado múltiples episodios de peleas, insultos, humillaciones, etc., los padres debemos actuar en asociación con el centro educativo.

Apoya a tu hijo para que recupere su autoestimaApoya a tu hijo para que recupere su autoestima

Tenemos que seguir mostrando a nuestro hijo que tiene nuestro total apoyo y que puede confiar en nosotros. Los niños tienen que saber, sean víctima o meros espectadores en el aula, que informar al colegio o los padres del bullying no es chivarse ni actuar como un cobarde, todo lo contrario: es ser justo y pedir ayuda ante una situación que sólo se puede arreglar actuando entre todos, independientemente de que se trate de niños o de adolescentes.

Todas las decisiones que tomemos lo haremos consultándole a él, mostrándole que va a ser partícipe de la resolución del conflicto, para que no tema represalias por parte de los compañeros y también se vea involucrado, que está resolviendo el problema y nadie lo hace por él. Tendremos que reforzar su autoestima, ya que seguramente la tenga bastante deteriorada, recordándole sus virtudes y todas las cosas buenas que va a ir aprendiendo en la vida.

Enseñaremos a los niños a practicar conductas asertivas en la escuela y, sobre todo, a que lo haga sin miedo : que no le obliguen a hacer nada, ignorar las provocaciones verbales, mantener la calma y no perder los nervios, actuar sin temor, dar contestaciones que no sean insultos, ni desencadenen peleas ni incrementen el acoso, etc. Pero no debemos simplemente decirle cómo actuar y hacer como si fuera algo sencillo que él debería saber ya, porque estaríamos inculpándolo de su situación. No obstante, si nuestro hijo se ve muy afectado psicológicamente por el acoso sufrido, y le cuesta aprender esas conductas, el mejor profesional que nos puede ayudar es un psicólogo, que le ayudará tanto si presenta problemas de ansiedad o depresión, como si sólo necesita mejorar sus habilidades sociales.

Una práctica muy buena es enseñar a nuestros hijos que son perfectamente capaces de establecer relaciones sanas con otros chicos de su edad. Para ello les podemos apuntar a alguna actividad que le interese fuera del colegio, para que haga nuevos amigos y se sienta más seguro consigo mismo y ante diferentes situaciones en la vida. También mejorará mucho su autoestima y dejará de sentirse solo.

El bullying no es ninguna broma, las víctimas pasan unos malos momentosEl bullying no es ninguna broma, las víctimas pasan unos malos momentos

También actuaremos junto al centro escolar, ya que muchos colegios tienen un protocolo de acción en estas situaciones. Debemos confiar en ellos, y también estaremos pendientes de que están actuando para dar solución al problema, mostrando nuestra total colaboración. Una solución común es cambiar al niño de de colegio. Puede resultar no productivo, ya que el conflicto puede repetirse en otros centros, y en el colegio que abandonemos el acosador puede buscar otra víctima, y sería pasarle la pelota a otro alumno, pero no es la peor solución que se puede adoptar.

Si enfrentamos el problema estaremos ayudando a todos los compañeros, pues así aprenderán que esos comportamientos eran dañinos y que cuando se pone remedio, el clima del aula mejora. Además esa puede ser la oportunidad para que la víctima establezca nuevas amistades dentro del aula , pero para ello es primordial el trabajo de los profesores y tutores con todo el grupo de alumnos.

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