La bronquitis es una de las cinco enfermedades más comunes por las que los padres llevan a sus hijos al pediatra. Es una enfermedad frecuente pero que necesita el tratamiento adecuado para que no evolucione a trastornos mayores. Pero conozcámosla un poco mejor, ¿qué es la bronquitis? La bronquitis es una infección o inflamación del recubrimiento de la tráquea, los bronquios y los broncolios es decir, las grandes vías por donde el aire llega a los pulmones. Cuando el niño inhala, el pelo que se encuentra dentro de la nariz sirve de filtro para los gérmenes, el polen, el polvo y la suciedad. Sin embargo, esto no es del todo suficiente y pequeñas partículas nocivas pueden atravesar el sistema de defensa de la membrana mucosa, provocando la inflamación.
Según los estudios que se han hecho al respecto, esta enfermedad afecta sobre todo a los niños que tienen menos de 2 años, y posteriormente, a los que tienen entre 9 y 15. Aunque se produce por igual entre niños y niñas, las niñas tienen un porcentaje ligeramente más elevado de posibilidades de sufrir bronquitis. Así mismo, es más probable que los bebés más pequeños sufran de bronquiolitis en lugar de bronquitis. La bronquiolitis se desarrolla cuando el pequeño conducto de aire en los pulmones de los bebés se llena de mocos que ingieren.
¿Cuáles son las causas de la bronquitis?
La bronquitis normalmente es causada por virus y puede darse al mismo tiempo o después de un resfriado u otra infección respiratoria. Los gérmenes pueden transmitirse de persona a persona si alguien ha tosido cerca o por haber tocado tus ojos, boca o nariz tras haber estado en contacto con los fluidos respiratorios de una persona con bronquitis.
La bronquitis es común en niños menores de 2 añosAunque las infecciones virales suelen ser las culpables de la bronquitis en niños, también puede ser causada por infecciones bacterianas, alergias y factores irritantes como humo, humo de tabaco o polvo. Si un niño se encuentra demasiado tiempo expuesto a humos químicos o contaminantes atmosféricos puede desarrollar bronquitis crónica.
¿Qué síntomas aparecen?
La bronquitis más aguda en los niños empieza con una tos seca, provocada por la inflamación de las paredes de los bronquios. Con el desarrollo de la enfermedad, la tos puede terminar segregando mucosas de color blanco, verde o amarillento. Otros síntomas de la bronquitis son el dolor de cabeza, dolor cuando se respira profundo o se tose, fatiga, escalofríos, fiebre leve, falta de aliento, adormecimiento en el pecho y un siseo cada vez que se respira. También puede ser que el niño escupa o vomite un poco cuando tosa.
Si el niño convive con personas fumadoras también puede desarrollar bronquitis crónica: ésta puede durar durante días, a través de meses y años. Alguien que sufre bronquitis crónica tarda más en recuperarse de un resfriado común y encuentra complicado respirar en situaciones que son normales para gente que no pasa por problemas respiratorios.
¿Cuál es el tratamiento?
Cuando lleves al niño al pediatra, éste lo auscultará para comprobar si los pulmones están congestionados y si se escuchan unos siseos cuando respira. Repasará su historial médico y realizará preguntas respecto a posibles casos previos, problemas similares en el resto de la familia, medicación y alergias y la situación de la atmósfera en la que vive el niño (por el humo nocivo que pueda respirar). También es posible que ordene una radiografía para descartar la neumonía o una prueba respiratoria llamada espirometría para descartar el asma.
El médico pude recetar un broncodilatador para la bronquitis si es necesarioComo lo habitual es que la infección provocante de la bronquitis sea por un virus, el médico no suele prescribir antibióticos, ya que estos tratan las enfermedades bacterianas. La amoxicilina es lo que se receta normalmente para estos casos y viene en distintos formatos, como las gotas que pueden resultar más fáciles de administrar para niños.
También es posible que el médico recete un broncodilatador (normalmente usado para el asma): estos son inhaladores o nebulizadores ayudan a relajar y abrir los tubos bronquiales, despejándolos de mocos para que sea más fácil respirar. Para aquellos niños que sufren de bronquitis crónica es esencial dejar de exponerlos a humos nocivos, así que si el caso es que los miembros de su familia son fumadores deberán de plantearse seriamente dejar de hacerlo. Es muy recomendable beber muchos líquidos (alrededor de unos 10 vasos al día), descansar y tomar jarabe para la tos con el fin de paliar los síntomas. Una habitación limpia, libre de polvo, será esencial para que mejore. Colocar un humidificador donde el niño se esté recuperando puede ayudar, así como administrar al niño solución salina en la nariz.
Pero como es mejor prevenir que curar puedes seguir estos consejos que ayudarán a evitar la inflamación en los pulmones. Como las infecciones que llevan a la bronquitis son contagiosas, es importante asegurarse de que el niño se lave las manos y evite el contacto con las personas que están enfermas. La vacuna contra la gripe también supone cierta protección así como alejarle de humos tóxicos.