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Actividades extraescolares: judo, kárate y taekwondo
Actividades extraescolares: judo, kárate y taekwondo

ARTES MARCIALES

Actividades extraescolares: judo, kárate y taekwondo

La práctica de deportes como el judo, el kárate o el taekwondo desarrollará su psicomotricidad y en mayor medida, otras capacidades de orden psicológico como la concentración y la estrategia.

Niños practicando KárateNiños practicando Kárate

Durante los últimos años, en cualquier colegio, la oferta de actividades extraescolares relacionadas con el deporte incluye las clases de artes marciales. Una estupenda manera de fomentar valores deportivos como la cooperación, la convivencia y el respeto. Ante la duda, los padres deben estar seguros de que la práctica de deportes como el judo, el kárate o el taekwondo desarrollará su psicomotricidad y en mayor medida, otras capacidades de orden psicológico como la concentración y la estrategia. Los beneficios del deporte en los niños tanto a nivel físico como intelectual ya no se ponen en duda y las artes marciales cada día ganan más seguidores. Los niños se divierten haciendo deporte, potenciando sus capacidades físicas, psíquicas y emocionales.

El judo, el kárate y el taekwondo: nociones básicas

La finalidad del judo es tumbar al adversario utilizando su propia fuerza. Se puede ganar un combate consiguiendo que el oponente caiga de espaldas sobre el tatami (la colchoneta cuyo grosor es de 5 cm) o mediante puntos. A medida que el judoka va ampliando sus conocimientos asciende en la escala y porta un cinturón en función de la categoría adquirida. Existen dos clases, los kyus que son los de escala inferior y los danes que ya implican maestría. En la etapa infantil, los kyus se establecen de la siguiente forma: blanco que representa la ingenuidad y la pureza; amarillo: el descubrimiento de la técnica; naranja que simboliza la ilusión y el amor; verde: la esperanza; azul, el idealismo y el último escalón antes de entrar en la etapa como judoka adulto es el cinturón marrón. A partir de entonces, pasarán a los danes. Las federaciones de judo establecen como edad mínima los 14 para obtener un dan. Por otro lado, existen niveles intermedios entre uno y otro cinturón. Esta clasificación se respeta también en las principales escuelas de kárate y taekwondo, aunque algunas observan diferencias o incluyen algún nivel más como el morado. Por otro lado, en el kárate la edad mínima para alcanzar un dan son los 16 años y en el taekwondo los 15.

Las artes marciales no son un deporte peligroso

Mientras que las anteriores son artes marciales japonesas, el taekwondo proviene de Corea y resulta mucho más espectacular debido a sus técnicas de patada, mano, puño, codo, pie y rodilla.

Beneficios del judo, el kárate o el taekwondo

Su aprendizaje desde la infancia reporta una serie de beneficios físicos muy interesantes. En un principio, se inician de una manera lúdica para desarrollar progresivamente técnicas más complejas. El ejercicio que realizan en las sesiones aumenta significativamente su resistencia cardiovascular y mejora tanto su resistencia como el tono muscular. Una de sus principales ventajas a nivel físico es el notable aumento de la flexibilidad que experimentan, debido a la variedad de movimientos y giros que se trabajan. Desarrollan increíblemente la coordinación entre las partes de su cuerpo y son óptimas para trabajar la lateralidad, en especial en aquellos niños que tienen problemas de este tipo. Así, aprenden a controlar un conjunto de movimientos básicos lo que, sin duda, es beneficioso para su desarrollo corporal y para la práctica de cualquier otro deporte.

Clase de judoClase de judo

En definitiva, el judo, el kárate, el taekwondo les aportan un mayor conocimiento de su cuerpo y de sus posibilidades. Esto implica que desarrollen una mejor autoconfianza y mayor seguridad en sí mismos, lo que propiciará una mejoría notable en niños con problemas de autoestima. La realización de los movimientos y el aprendizaje de las técnicas fomentan que los niños desarrollen su capacidad de concentración. Asimismo, respetar unas normas de juego promueve la comprensión de la disciplina, acatando la dinámica del combate. De esta forma, aprenden a valorar el esfuerzo realizado. Esto implica que se relacionen con otros desde una visión de la competitividad positiva lo que inculca valores como el compañerismo y el trabajo en equipo. Además, fruto de las filosofías orientales en las que se basan, adquirirán valores como la honradez, el respeto, el amor al prójimo, la humildad y la lealtad.

¿Apunto a mi hijo a artes marciales?

Todos los niños sin problemas físicos de carácter severo pueden practicar este tipo de deporte. Existe un debate en torno a la edad de inicio. Algunas escuelas la fijan en los 4 años y otras prefieren que se espere a los 5 años. En principio, dependerá de la maduración física del niño, así como de su desarrollo evolutivo. Pero para establecer criterios comunes, es recomendable que se comience a los 5 años, cuando los niños han desarrollado mayores nociones en cuanto a su orientación en el espacio.

Cualquier niño puede practicar artes marciales
Niño practicando TaekwondoNiño practicando Taekwondo

Recomendaciones para los padres

En primer lugar, los padres tienen que sentirse tranquilos en lo que respecta a la integridad física de sus hijos. Durante el aprendizaje, los niños no aprenden a ejercer la violencia. Aprenden la filosofía última del respeto. Por lo tanto, no van a ejercitarse en golpear ni serán golpeados. Lo que aprenden son técnicas y movimientos. En ningún caso, saldrán malheridos. Se ejercitan movimientos para que los niños los aprendan y en los combates se efectúan coreografías. Los padres deben estar tranquilos en ese aspecto.

Su filosofía última es el respeto

Es imprescindible consultar en el colegio los horarios. Por lo general, suelen emplazarse en horario de tarde, con una duración de hora y media. Lo ideal es que las clases se realicen con una frecuencia de dos sesiones semanales. Es aconsejable que se acostumbre a los niños a responsabilizarse del material (vestimenta). Es decir, que se habitúen a prepararlo el día de antes y a recogerlo, puesto que así se implican en la práctica del mismo y avanzan hacia su madurez.

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